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Entrevista a Carlos Martinez Sarasola

sábado, 21 - abril - 2007
Por Nicolás Hellers: ¿La educación tradicional es intolerante con las comunidades indígenas? ¿Las nuevas tecnologías son un medio válido para recuperar el respeto de la sociedad por sus costumbres y tradiciones? ¿Qué tipo de educación reciben los aborígenes latinoamericanos? Estas son apenas algunas de las preguntas que intentará responder el reconocido antropólogo argentino.

¿Las comunidades indígenas podrían recuperar en el campo virtual y gracias a las nuevas tecnologías, aquellas fronteras físicas y culturales que perdieron durante las campañas de exterminio y sometimiento posteriores a la conquista de América?

La globalización está produciendo efectos no deseados por sus principales impulsores, puesto que las personas están aprovechando este fenómeno para contactarse de una manera que antes no era posible. Esta situación también se produce entre los grupos aborígenes, aunque de un modo sutil. Actualmente muchos de los web sites producidos por indígenas de Chile, Brasil, México y Estados Unidos, sorprenden por el nivel de contenidos y la potencia comunicacional que generan. De hecho, la insurrección zapatista de Chiapas en mayo de 1994 subsistió gracias a la ayuda que le ofreció la computación al permitirle trasmitir rápidamente al mundo las características de esta rebelión.

¿Por qué dice que estos son efectos no deseados por los globalizadores?

No creo que ellos tengan interés en que la gente común se pueda organizar e informar rápidamente a través de imágenes tecnológicas. Por otra parte, no creo que estén de acuerdo con este tipo de actuación, puesto que la globalización tiende hacia la homogeneidad, mientras que las comunidades indias fomentan la heterogeneidad; algo que les ha permitido subsistir durante cientos de años pese a la colonización de América, las campañas de exterminio y la marginación social.

¿Esto quiere decir que los indígenas tienen más capacidad de integración que las personas que se encuentran inmersas dentro del mercado de consumo?

En algún punto los indígenas tienen más capacidad de integración que el resto de la sociedad. Ellos están abiertos a las contrastes por el hecho de haber sido calificados como diferentes desde los tiempos de la colonización. Cuando se produce la conquista de América y luego, durante el período de conformación de los nuevos estados, gran cantidad de los territorios de Argentina y Chile, por ejemplo, eran considerados tierras indígenas libres. Las tolderías dispersas en esas extensiones eran verdaderos experimentos de integración cultural, puesto que allí convivían indios, gauchos, negros, cautivos, cantantes líricas europeas capturadas que se quedaban a vivir, militares desertores, exiliados políticos y delincuentes prófugos. Lo cierto es que cuando los soldados llegaban a rescatar personas, muchos de ellos se negaban a trasladarse. Mientras los indios incluían, las sociedades en formación negaban al diferente.

¿Actualmente y pese a la intolerancia histórica que la ha caracterizado, la sociedad está preparada para integrarse con las comunidades aborígenes?

Hay grandes avances pero todavía no del todo perceptibles. Este es un punto neurálgico. La cuestión es que los adelantos de la conciencia social respecto de la no discriminación y a la aceptación de las diferencias del otro aún permanecen en el mundo de lo imperceptible.

¿Quiénes deberían comprometerse para que esta apertura sea cada vez mayor?

El responsable máximo es el Estado, como expresión de la organización jurídica y administrativa de la sociedad. Sin embargo y dejando de lado el papel que pudieran tener los gobiernos respecto de esta cuestión, es muy importante la tarea que se efectúe desde la organizaciones no gubernamentales. Lo cierto es que el Estado y fundamentalmente el sistema educativo, están en deuda. En Latinoamérica hay que cambiar los contenidos de la enseñanza y trasmitir en la escuela que el indígena es un protagonista activo de nuestra historia. Lamentablemente lo que ocurre es que se lo presente como alguien que aparece con la llegada de los españoles, que después desaparece, y resurge recién 400 años más tarde con las campañas de conquistas de territorios. Y lo que es más dramático: la ignorancia sobre cuestiones indígenas no solo se promueve en la escuela primaria, sino también durante la carrera universitaria de antropología.

¿Qué diferencias hay entre el tratamiento que se le da al aborigen actualmente en la escuela, y el que se le asignaba hasta hace algunos años?

Los avances que existen no son estructurales, más bien son intentos individuales de maestros y colegios. Los grandes responsables de un cambio serán los niños que hoy tienen entre 5 y 10 años, quienes están pendientes de informaciones sobre animales en extinción y el cuidado del medio ambiente… En esa generación tal vez esté la bisagra.

¿Por qué frente a una tendencia americana a sepultar o relegar a la comunidad indígena, los chicos tienen la necesidad de vincularse con las culturas aborígenes?

Lo que pasa es que los niños viven en el mundo que debería ser el mundo. La realidad que viven los chicos no es un universo de fantasía, creo que es el mundo que deberíamos vivir. Pero el sistema educativo, la sociedad de consumo y las pautas sociales van coartando y licuando esa creatividad esencial. Los chicos tienen un contacto muy directo con los animales, la naturaleza y los indios, porque es lo más cercano al mundo que todavía no fue contaminado, desgraciadamente, por el sistema educativo y las estructuras sociales rígidas que coartan la libertad del individuo.

¿Cuáles sería la clave para la integración de las comunidades indígenas latinoamericanas?

La educación informal. De todos modos, cuando hablamos de estos grupos sociales, es fundamental centrar la atención en los maestros. Porque no basta que las comunidades tengan escuelas o que los maestros se trasladen a los puntos de reunión de la comunidad. Hay docentes que no permiten ni estimulan que sus alumnos hablen la lengua originaria de las comunidades a las que pertenecen. Esto es responsabilidad de los educadores, a muchos de los cuales les falta incorporar una actitud integradora. Sin embargo, existen excelentes maestros inmersos en estas comunidades indígenas.

¿Cuáles son los principales obstáculos a los que debe enfrentarse el docente aborigen?

Muchas veces ocurre que el maestro concurre a la escuela con una actitud integradora y se encuentra con un paredón de intolerancia respecto de sus costumbres y su lengua impuesto desde el sistema. Entonces se les produce una doble ruptura, por un lado porque es indígena y por otro porque no se estimulan sus cuestiones propias. La consecuencia de esto es que el chico no pueda vivir experiencias enriquecedoras inmerso en su propia cultura -lo que produce un vaciamiento.

Creo que la educación de las comunidades tiene que permitir que el niño esté conectado con toda la información escolar más todo lo que es él, lo constituye su patrimonio personal. Pero tradicionalmente existe una falta de compromiso gubernamental que facilite la generación de docentes emanados de las mismas comunidades indígenas. Claro que esta actividad -de realizarse- debería desarrollarse en conjunto con los indígenas. Así como no se puede hacer política para los paisanos sin los paisanos, no se puede concebir que el Estado haga una política educativa sin la consulta con las comunidades.

¿Por qué cree que ocurren estas cosas?

Fundamentalmente hay un desconocimiento e ignorancia sobre la realidad de las comunidades indígenas. Por ejemplo, recuerdo que cuando se desató la epidemia de cólera en Salta -a principios de la década de 1990- un funcionario de esa provincia manifestó que la situación sanitaria había sucedido a raíz de la ignorancia de las comunidades indígenas. Algo que una autoridad estatal no puede decir, ya que entonces el ignorante sería él. En realidad el cólera se desató porque los aborígenes tienen condiciones insalubres de vida a raíz de haber sido marginados desde siempre.

Las comunidades indígenas tienen que tener acceso a las nuevas tecnologías al igual que cualquier otro sector, por más alejadas que estén. Pero no puede ser que se les envíe una computadora y no tengan luz, agua ni comida. En la medida en que puedan compensar estos aspectos, el acceso a los nuevos avances informáticos es muy importante.

¿Cómo puede ser que frente a la carga negativa de avasallamiento sufrida por generaciones, las comunidades indígenas tengan una actitud integradora respecto de aquella sociedad que los discriminó?

Esto es una paradoja inteligente. Los indígenas saben que originariamente sufrieron un shock, fueron conquistados y masacrados; pero no todos desaparecieron, gran cantidad de grupos étnicos persistieron porque supieron adaptarse a una nueva realidad: sosteniendo su identidad, luchando por varios siglos cuando fue necesario, soportando planes de exterminio… El indígena utilizó todos estos recursos para sostenerse en lo que son ellos. Cuando se conformaron las sociedades latinoamericanas, el indígena siempre estuvo presente. Incluso, hoy está comprobado que estas comunidades crecen demográficamente.

La novedad es que algunos sectores de la sociedad se están abriendo cada vez más hacia ellos, provocando que el indígena se sienta cada vez más cómodo en este nuevo mundo globalizado. Claro que estos cambios todavía son muy sutiles. De todos modos hay una tendencia concreta a redescubrir estas comunidades, a raíz de que el resto de los habitantes de un país están inmersos en un proceso de volver a los valores perdidos. Porque el hombre necesita retornar a la tierra, a la espiritualidad, a defender a la naturaleza, a cuidar a los animales, a tener contacto con el Universo. Esos son los valores que producen el punto de contacto, a través del cual los blancos redescubren y los indígenas se reconocen como poseedores de ese tesoro.

¿Cuál es la posición del aborigen frente a la sociedad actual?

Los indígenas resistieron hasta donde pudieron y esa resistencia los llevó a sostener su identidad. Lo que no pudieron evitar es que se conformaran nuevas estructuras sociales, de las cuales son parte aunque hayan sido negados. Y precisamente eso es parte de la grandeza indígena, porque saben que forman parte de sociedades donde tienen que seguir luchando por participar en forma igualitaria. El reclamo que hacen tiende a mantener su jerarquía, su medicina tradicional, que se respeten sus valores; pero participando en la sociedad

* Carlos Martínez Sarasola es Licenciado en Ciencias Antropológicas por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Desde principios de la década del 70 investiga las comunidades indígenas y la cultura popular latinoamericana. Fue profesor de la UBA, la Universidad Nacional de Salta y de la Universidad del Salvador. Es autor del libro «Nuestros paisanos, los indios», un estudio sobre la historia y el destino de las comunidades aborígenes de la Argentina.

** Esta entrevista fue publicada originalmente en la revista digital Bitácora http://www.bitacora.net, publicación del portal educativo Contenidos.com, especializada en Educación, Comunicación y Nuevas Tecnologías. Autor: Nicolás Hellers (Editor Bitácora).

MASONERIA Y OPUS DEI

viernes, 20 - abril - 2007
La reaccionaria secta católica

Charla leída por el Ven:. H:: Jorge Eliécer Salazar Avenia en la Ten:. Ord:. y de calendario de la Resp:: Log:: Unión No. 9, Jurisdiccionada a la Serenísima Gran Logia Nacional de Colombia con Sede en Cartagena el día 1 de agosto de 1999 ).

Referencia histórica

El Opus Dei fue fundado por Josemaría Escrivá de Balaguer en Madrid el 2 de octubre de 1928, aunque en ese momento solo se llamó la «Obra». Su pretensión de denominarla «La Obra de Dios » – Opus Dei – sólo se concretó el 14 de febrero de 1930, cuando dijo que recibió directamente el mensaje desde la divinidad.
En sus inicios el Opus Dei dirigió sus trabajos a los enfermos de los hospitales y los pobres, y fue rápidamente extendiéndose a distintas actividades sociales y económicas. Igualmente en 1930, Escrivá acepta que el Opus Dei está dirigido también a la mujer y dentro de su membrecía se abre una categoría especial para las mujeres aunque básicamente está conformada, por varones, en la medida en que su cúpula de poder y mando está formada por religiosos y clérigos.
Desde 1933 incursionó en la educación y a través de la Academia DYA comenzó su trabajo en este campo en Madrid. Como lo dicen sus propios reglamentos, la misión de la Academia, es la de dar formación religiosa y enseñar el mensaje del Opus Dei entre la juventud. Este fin esencial en la educación que se imparte bajo los dictados de la Obra se ha mantenido y reafirmado desde entonces.
Durante la guerra civil española el Opus Dei fue una avanzada y activísimo grupo combatiente contra la República Española y a favor del generalísimo Francisco Franco. Esta colaboración prestada por el Opus Dei al dictador Español fue tenida en cuenta y compensada posteriormente durante el largo período de gobierno de la dictadura.
A comienzos de 1940 oficialmente la iglesia católica concedió aprobación al Opus Dei, a través del Obispado de Madrid. Y en el 1943 a través de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, se le autorizó para ordenar sus propios sacerdotes, convirtiéndose así en un tiempo relativamente corto en una poderosa congregación con capacidad para darse sus propios dirigentes. Los años finales del decenio de 1940 encuentran radicado en Roma a Escrivá de Balaguer, en donde mediante una intensa actividad de lo que hoy llamamos lobby, consiguió que el Vaticano diera la primera aprobación pontificia del Opus Dei y lo constituyera en Instituto Secular.
En 1950 Pio XII promulgó la aprobación definitiva de la Obra. El Decreto aprobatorio permitió la aceptación en el Opus Dei de personas casadas y la asimilación de sacerdotes de otras congregaciones católicas.
En tan sólo 20 años el Opus Dei recorrió un camino que costó años y en ocasiones siglos a otras congregaciones católicas.
A Finales de los años 50 se inicia la expansión continental a la América hispana del Opus Dei. Perú, México, Venezuela, Guatemala, Chile, Argentina, Colombia, Ecuador, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia, Puerto Rico, Honduras, Trinidad Tobago, República Dominicana y Nicaragua, así como también Canadá y Estados Unidos, y en fin, todos los países centro y sur americanos entrar a formar parte de los objetivos de la obra de Escrivá de Balaguer. El mismo, o las más altas autoridades de la congregación visitan los países, promueven la fundación de colegios y la instalación de capítulos, no sólo en España y Portugal, sino también en América Latina. Cuando Escrivá de Balaguer fallece, el 26 de junio de 1.975, el Opus Dei es ya un poderoso brazo de la Iglesia instalada en el poder o muy cerca de él en los países Hispano Americanos.
Toda la influencia y el poder de la Iglesia Católica se ha puesto a las órdenes y al servicio del Opus Dei desde su fundación. ¿Qué razones ha habido para ello ?. Para contestar este interrogante debemos analizar las condiciones y el momento histórico en que es fundado y mirar, así sea a vuelo de pájaro, las relaciones entre la Iglesia Católica y la Masonería antes de la creación del Opus Dei y después de ella.

Masonería e iglesia católica

A pesar de que las relaciones entre la Orden Masónica y la Iglesia Católica han sido siempre difíciles y cargadas de problemas, no obstante, podemos establecer tres momentos en ellas: dos períodos puntuales de tensión y enfrentamiento, el primero, se dio en el siglo XVIII y el segundo, en el siglo XIX, y un tercer período de serenidad y acercamiento, especialmente de la Masonería a la Iglesia Católica, que ha sido perpetuado por algunos sectores fundamentalistas en materia religiosa y de derecha en orientación política.
Rápidamente miremos cada uno de ellos. El Siglo XVIII, ve nacer formalmente la Masonería con las constituciones de 1722 de los pastores Anderson y Desaguliers y es una centuria llena de zozobra y persecuciones contra la Orden Masónica. Realmente, fueron escasos los Gobiernos y los Estados que no prohibieran la Masonería y las reuniones de Masones. En realidad la Corte de Roma o la Santa Sede no fueron los primeros ni los únicos en condenar y prohibir la Masonería. En 1735 lo hicieron los Estados Generales de Holanda; en 1736, el Consejo de la República y Cantón de Ginebra; en 1737 son la Francia de Luis XV y el Príncipe Elector de Manheim en el Palatinado, Hamburgo y Federico I de Suecia en 1738; María Teresa de Austria lo hará en 1743; en Aviñon. París y Ginebra en 1744; en 1745 el Cantón de Berna, el Consistorio de Hannover y de Nuevo París, incluso el Gran Sultán de Constantinopla lo hará en 1748; Carlos VII de Nápoles (futuro Carlos II de España), y su hermano Fernando VI de España en 1741; en 1763 los Magistrados de Danzintg; en 1770 el Gobernador de la Isla de Madeira y los gobiernos de Berna y Ginebra; en 1784 el Príncipe de Mónaco y el Elector de Baviera Carlos Teodoro; en 1785 , el Duque de Baden y el Emperador de Austria José II; en 1794 el Emperador de Alemania Francisco II, el Rey de Cerdeña Víctor Amadeo, y el Emperador Ruso Pablo I; en 1798 se suma a los perseguidores Guillermo II de Prusia, éstos solo, para citar los más conocidos. No hubo entonces suelo europeo, donde no se persiguiera a la Masonería.
Sin embargo, no pueden considerarse todas estas persecuciones como hechos aislados atribuibles exclusivamente a cada Estado, gobernante o autoridad. Ellas tienen un hilo conductor que habrá de mostrarse con las prohibiciones y condenas de los Papas Clemente XII en 1738 y Benedicto XIV en 1751, así como en el Decreto del Cardenal Firrao para los Estados Pontificios en 1739.
En ese momento los cargos que se le hacen a la Orden Masónica se refieren al Secreto riguroso con que los Masones se protegían y al juramento que ellos hacían. Cargos que permitieron aplicarles el derecho, heredado del Imperio Romano, que consideraba como ilícita, subversiva y un peligro para la tranquilidad de la religión oficial, el buen orden y la tranquilidad de los Estados, a toda asociación o grupo autorizado por el Gobierno.
A estos motivos que podrían llamarse de Estado, que tuvo la Roma Antigua para perseguir a los primeros cristianos, los Papas Clemente XII y Benedicto XIV agregaron el considerar a los Masones y a sus reuniones como sospechosos de «herejía», y argumentaron a favor de este criterio el hecho de que los Masones admitían en sus reuniones a todo tipo de individuos, fueran católicos o no católicos, y sancionaron con pena de excomunión a los Masones.
Esta drástica medida para combatir la Masonería está claramente establecida en el Edicto del Secretario de Estado del Vaticano, el Cardenal Firrao, promulgado el 14 de enero de 1739, en el que se dice » que las reuniones Masónicas eran no sólo sospechosas de herejía, sino, sobre todo, peligrosas a la pública tranquilidad y a la seguridad del Estado Eclesiástico, ya que de no tener materias contrarias a la fe ortodoxa y al Estado y tranquilidad de la República, no usarían tantos vínculos secretos «. Una consecuencia inmediata y directa de esta edicto fue la pena de muerte, confiscación de bienes y demolición de las viviendas de los Masones.
Además, se dio también como resultado del mencionado edicto, la creación del llamado delito de Masonería, pues en las naciones con gobiernos confesionales, los Masones fueron perseguidos no por serlo, sino por ofensa a la religión católica, puesto que estaban excomulgados, fundamentándose el delito de Masonería en la lesión del Orden religioso católico, y desde el momento que éste se tenía como base de la Constitución de los Estados católicos, el delito eclesiástico automáticamente pasaba a concebirse y castigarse como delito político.
Lo anterior explica por qué en ningún documento del Siglo XVII, incluidas las bulas de Clemente XII y Benedicto XIV, se prohibe la Masonería en cuanto a Institución, sino » las reuniones de Masones «, las cuales se señalan con nombres disímiles en la bula In Eminenti del Papa Clemente XII, como son Asambleas, Conventículos, Juntas, Agregaciones, Círculos, Reuniones, Sociedades, etc.
El segundo momento de las relaciones entre la Masonería y la Iglesia Católica se va a dar en el siglo XIX. Viene marcado este período por la aparición de las sociedades Americana, primero, y luego de la Revolución Francesa en los soberanos absolutistas de la Europa del congreso de Viena que no se resignaban a perder su poder. Situación ésta que va a merecer especial preocupación por parte de Roma.
Sabido es, que ambas revoluciones van a contar entre sus líderes y víctimas a muchos Masones e incluso sacerdotes católicos, que se supo, en ese momento, pertenecían a la Masonería, como es el caso del cura católico Gallot, que fue más tarde elevado a la condición de beato por la Iglesia Católica . Este papel preponderante de la Masonería en ese momento histórico creó dos situaciones diferentes. Por un lado, en los países anglosajones, como Estados Unidos, Gran Bretaña y países Nórdicos, la Masonería adquirió prestigio social y tuvo presencia política, inclusive con figuras del clero no católico. Es así como los Reyes de Inglaterra y Suecia pertenecían a la Masonería en sus respectivos países y gran parte de los presidentes de Estados Unidos militaban en sus filas.
En cambio, en los países católicos los ideales de la Masonería, confundidos e identificados en gran medida con los del liberalismo, suscitaron por parte de la Iglesia católica y de los gobiernos absolutistas de la época, una dura reacción contra la Masonería, originada en la conocida unión del Trono y el altar en defensa de sus respectivos poderes. Esta imagen de la Masonería Latina Europea fue la que atrajo a los líderes de la revolución Hispanoamericana, Bolívar, Miranda, San Martín, Santander, etc.
De manera que en los primeros años del siglo XIX el enfrentamiento Masonería – Iglesia católica va a darse dentro de los marcos de interpretación de las revoluciones americana y francesa y de las consecuencias surgidas alrededor del denominado mito del complot Masónico – revolucionario, difundido por el abate Barruel. Este famoso mito atribuyó a la Masonería, la creación de grupos de subversión, levantados en armas contra los gobiernos de los Estados, y que hostilizaban en la lucha armada a la Iglesia Católica, como la renombrada Carbonería Italiana. La profusión de estas sociedades secretas las atribuyó la Iglesia a los Masones, evitando así que la Masonería Latina Europea pudiera, al igual que la anglosajona, evolucionar rápidamente en su crecimiento y desarrollo.
El Vaticano no desaprovechó la oportunidad para mantener la prohibición y la condena contra los Masones y sus reuniones, llegándose inclusive a considerar a la Masonería como una «Sociedad clandestina cuyo fin era conspirar en detrimento de la iglesia y de los poderes del Estado». En este sentido, se pronuncian la constitución Ecclesian Christi de 1821, promulgada por el Papa Pío VII y la Humanum Genus de 1884, dada por León XIII. Pío IX y León XIII en el ánimo de mantener la confrontación con la Masonería, se refirieron a ella en sus documentos y alocuciones, en más de 2000 ocasiones.
En este período crítico de las relaciones entre ambas Instituciones, la Iglesia llegó inclusive a afirmar que la Masonería atacaba «los derechos del poder sagrado y de la autoridad civil», que «conspiraba contra la Iglesia y el poder civil», que «atacaba a la iglesia y los poderes legítimos».
En Humanum Genus, León XIII afirma que el último y principal de los intentos de la Masonería «era el destruir hasta sus fundamentos todo el orden religioso y civil establecido por el cristianismo, levantando a su manera otro nuevo con fundamentos y leyes sacadas de las entrañas del naturalismo». Afirma también que «la secta Masónica tiene empeño en llevar a cabo las teorías de los naturistas» y que «mucho tiempo ha, que trabaja tenazmente para anular en la sociedad toda injerencia del magisterio y autoridad de la Iglesia y a este fin pregona y contiende deberse separar la Iglesia y el Estado, excluyendo así de las leyes y la administración de la cosa pública el muy saludable influjo de la religión católica».
Este enfrentamiento originó que en el Congreso Internacional de Trento , se le diera a la Masonería un trato que llevó a la Orden Masónica de los países latinos a pregonar y practicar un exacerbado anticlericalismo y laicismo.
El resultado final, ya en los albores el siglo XX, es que el Código de Derecho Canónico promulgado el 27 de mayo de 1917, después de la muerte de León XIII, recogió la doctrina jurídica de la iglesia sobre la Masonería, especialmente las de Pío IX y León XIII. Es así como en el canon 2335 se confirman las disposiciones pontificias del siglo XIX, precisando la sanción al establecer que «los que dan su nombre a la secta Masónica o a otras asociaciones del mismo género, que maquinan contra la Iglesia o contra las potencias civiles legítimas, incurren ipso facto en excomunión simplemente reservaba a la Sede Apostólica».
Es precisamente en este período lleno de agrios y duros enfrentamientos entre la Masonería y la Iglesia Católica,cuando en 1928, Josemaría Escrivá de Balaguer funda el Opus Dei. Desde su creación la nueva congregación aglutinó a los miembros más ortodoxos y fundamentalistas del clero católico, quienes comenzaron su trabajo misional con esos sectores de la feligresía.
En realidad de verdad, La Obra debió ser un propósito que tal vez se anidó en el ánimo de Escrivá desde mucho antes de 1909 y cuyos orígenes pueden rastrearse en el primer decenio del siglo, alrededor del periódico El Debate perteneciente a la escuela del Real Patronato de Santa Isabel, en donde él ejercía como profesor de Filosofía y de Deontología; o en sus relaciones estrechas con la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, la cual desde El Debate impulsaba de manera dogmática su creencia religiosa. Esta Asociación de propagandistas fundada en 1909 por el sacerdote jesuita Ayala, tenía como fin «formar unas minorías escogidas, compuestas de hombres ‘ apostólicos ‘ pertenecientes a las más variadas profesiones sin que tuviesen necesidad de hacer un voto especial de carácter religioso»; o en sus cercanas relaciones con Gil Robles fundador de la «Confederación Española de los Derechos Autónomos» partido político de carácte r religioso.
Todas estas relaciones y amistades con el más crudo sectarismo religioso español y la violenta derecha hispana, fueron caldo de cultivo del Opus Dei. Si a esto agregamos el momento histórico en que se da – al que nos hemos referido antes, es posible entender que el Opus Dei fuera desde sus inicios un ariete que golpeó de manera sistemática a la Masonería y a los Masones. Situación que habrá de verse de manera muy especial y concreta en España, en donde la Masonería fue soporte activo y combatiente a favor de la República, mientras que la gran mayoría de la Iglesia Católica, especialmente sus más altas jerarquías, lucharon a favor de las fuerzas de Franco.
Este carácter antimasónico del Opus Dei, enraizado en su mismo nacimiento, va a generar otra de las características, ésta coincidente con la Masonería, y fue la de utilizar algunos de los principios filosóficos esenciales de nuestra Augusta Institución en su ideario religioso, además de que sus miembros se someten a un rito de iniciación secreto, pero marcando su trabajo social, en salud y educación, con postulados muy diferentes a los de la Masonería. Es decir, de alguna manera Josemaría Escrivá, buscó formar una Masonería para los sectores más recalcitrantes y dogmáticos de la Iglesia Católica.
Esta actitud del fundador del Opus Dei, pretendió atraer también hacia La Obra y alejar de la Masonería a los sectores más tolerantes del clero católico y de su feligresía creyente. Este aspecto del Opus Dei, necesariamente tenía que producir, recrudecer y mantener las diferencias con la Orden, especialmente en España, México y Brasil.
Creado ya el Opus Dei, se va a presentar el tercer período, cuyo punto de referencia más importante es la creación del Concilio Vaticano II (1961 – 1965), en cuyas conferencias habrá de darse una tendencia mayoritaria de aproximación entre la Masonería y la Iglesia Católica. En este sentido, los Obispos de México, monseñor Sergio Méndez Arceo y de Brasil, el sacerdote jesuita Riquet, junto con la mayor parte de la Iglesia francesa, holandesa y escandinava, lideraron este acercamiento.
Uno de los más interesados en que este acercamiento cristalizara, fue el buen Papa Juan XXIII, quien en 1963 hizo pública la siguiente Oración :
«Señor y Gran Arquitecto :
«Nosotros nos humillamos a tus pies e invocamos tu perdón, por la herejía en el curso de desconocer en nuestros hermanos Masones, como tus seguidores predilectos.
«Luchamos siempre contra el libre pensamiento, porque no habíamos comprendido que el primer deber de una religión, como afirmó El Concilio, consiste en reconocer hasta el derecho de no creer en Dios.
«Habíamos perseguido a aquéllos que dentro de la propia iglesia habíanse distanciado inscribiéndose en las Logias, despreciando todas las injurias y amenazas.
«Habíamos irreflexivamente acreditado que una señal de la Cruz pudiese ser superior a tres puntos formando una Pirámide.
«Por todos esto nos arrepentimos Señor y con tu perdón, te rogamos, nos hagas sentir que un Compás sobre un nuevo altar, puede significar tanto como nuestros viejos Crucifijos. Amén».
En el año de 1974 el Cardenal Seper, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, admitió públicamente la existencia de Masonerías sin ánimo de enfrentamiento religioso con la Iglesia Católica y reconocía por primera vez desde 1738 que la excomunión lanzada hacía dos siglos, era entendible en medio de los problemas políticos y de luchas religiosas ya superados. Producto de esta nueva situación, la Iglesia Católica promulgó el 8 de enero de 1983 un nuevo Código de Derecho Canónico, en el cual el antiguo y drástico canon 2335, al que ya hice referencia antes, fue sustituido por el canon 1374, en el cual ya no hay una referencia concreta a la Masonería ni a la excomunión y cuyo tenor literal es el siguiente: «aquellos que dan sus nombres a asociaciones que maquinan contra la Iglesia, serán castigados con un pena justa; aquéllos que las promuevan o dirijan serán castigados con la pena de entredicho».
Este canon resistió todas las presiones de los sectores más ortodoxos de la Iglesia, entre los cuales destacó por su activísima participación para evitar que se promulgara, el Opus Dei. No obstante, el Cardenal Ratzinger, actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cercano al Opus Dei y su gran defensor en las antesalas del Vaticano, expidió un Declaración sobre las Asociaciones Masónicas el 27 de noviembre de 1983, en la cual insiste en la condena y el rechazo a la Masonería y prohibe a las autoridades eclesiásticas locales, pronunciarse sobre esta Asociación ya que se le considera inconciliable con la doctrina de la Iglesia. Posteriormente el 23 de febrero de 1985, ante el poco acatamiento que había tenido dicha Declaración, el Obsservatore Romano, órgano oficial del Vaticano, publicó un artículo sin firma denominado «Reflexiones a un Año de la Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Inconciabilidad entre la Fe Cristiana y la Masonería». Esta nota es la vuelta a los tiempos inquisitoriales de la Iglesia, respecto de la Orden Masónica.

Masonería, opus dei y poder

A pesar de ser la Masonería organización apolítica, uno de los cargos que le hicieron los gobiernos absolutistas y el Vaticano fue el de ser una asociación que perseguía el poder para derrocar los gobiernos imperantes, con el fin de instaurar sus propios postulados y doctrinas, extraídos del más furioso anticlericalismo y laicismo y de las enseñanzas del naturalismo, en el decir de ellos.
La caída del absolutismo no quiso ser comprendida como una reacción de la sociedad en general, como en efecto lo fue, sino que en sectores interesados, la participación de los Masones en los hechos revolucionarios de 1779 y 1781 en América y Francia, fue una confirmación de las actitudes subversivas de la Masonería.
En los siglos XIX y XX se da el apogeo de los gobiernos laicos como consecuencia de la separación de la Iglesia y el Estado. Este hecho significó la pérdida de una gran parte del poder terrenal que la Iglesia Católica ejercía en Europa y América Latina.
Retomar ese poder perdido ha sido uno de los fines del Opus Dei. Para conseguirlo, ha trabajado durante más de setenta años, tanto dentro de la organización de la propia Iglesia como de los gobiernos de España, Portugal e Hispanoamérica. En este tiempo, brevísimo en comparación con los tres milenios que ajusta la Iglesia de Roma, su diplomacia se ha adjudicado destacadísimos logros en uno y otro campo. Se ha convertido en la más importante fuerza dominante dentro de la curia Romana, contando inclusive con el decidido apoyo de Juan Pablo II, aunque ello le ha granjeado no pocas resistencias y oposiciones de otros sectores de la Iglesia igualmente poderosos, que se han visto desplazados por la Obra. Según el Annuario Pontificio cuenta con 80000 miembros en 80 países de todo el mundo, de los cuales 2000 son sacerdotes. Es la única diócesis flotante, como prefectura personal, que existe y por lo tanto no está sometida a ninguna autor idad eclesiástica local y está gobernada por un prelado general que solo rinde informes al Papa cada cinco años. Esta situación ha llevado a que grupos de la Curia Romana digan que el Opus Dei pretende ser una Iglesia dentro de la Iglesia.
De otro lado, el hecho de trabajar en todo el mundo con los jóvenes, le permite estar en contacto con lo más granado de la inteligencia y del poder económico de los países. De esta manera, ha conseguido en las naciones hispanoamericanas, colocarse muy cerca del poder político, cuando no dentro de él. Así ha orientado muchas de las políticas de gobierno en España, Colombia, Perú y otros países centro y sur americanos.
Superado el problema eminentemente religioso, que para la Masonería no existe, se quiere presentar la lucha por el poder como otro factor que no permite la conciliación de las dos Instituciones. Debido a que el Opus Dei busca ser pilar ideológico y doctrinario, desde una visión teocrática de los gobiernos, rechaza por peligrosa la apoliticidad propia de la Masonería.

Conclusiones

Podemos concluir esta breve charla afirmando que :
El Opus Dei es una congregación de carácter religioso, con características de secta, y, por ende, dogmática, al servicio del fundamentalismo y la ortodoxia de la Iglesia Católica. La Masonería, por el contrario, es una filosofía, carente de etiquetas religiosas, filantrópica, ética y apolítica.
El Opus Dei es una Institución Religiosa Católica, con la cual tal vez la Curia romana está experimentando la posibilidad de recuperar para la religión el poder político en los Estados.
Aunque el Opus Dei sea una organización que tiene iniciados y ritos iniciáticos para sus miembros, que comparte con la religión católica los llamados misterios de la Iglesia, no es en realidad una Masonería, pues se aparta de muchos de los principios fundamentales de esta Institución.
El Opus Dei busca a través de la práctica religiosa, el poder terrenal para la Iglesia Católica. Lo cual significaría un retroceso histórico al volver a confundir el Trono y el Altar bajo una misma fe o credo. La Masonería respeta toda creencia o práctica política que funcione lícitamente dentro de los Estados, si bien procura que los afiliados suyos que ejerzan poder político, lo hagan con observancia de su enseñanza ética, moral y filosófica.
Si bien el acercamiento entre Masonería y Opus Dei es posible, dentro de los postulados de tolerancia y respeto, esa sola circunstancia no borrará las discrepancias y diferencias entre las dos Instituciones.

Bibliografía

BUNSON, Matthew E: «La Sabiduría del Papa» – palabras de esperanza e inspiración de Juan Pablo II – Editorial EDAF. Madrid, 1996.
DE KEMPIS, Tomas: «Imitación de Cristo». Editorial Tor, buenos Aires.
Enciclopedia Británica Online: «Opus Dei». En :
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FERRER BENIMELI, José Antonio: «Cursos de Verano en el Escorial» – Masonería y Religión: convergencias, oposición, ¿incompatibilidad?, Primera Edición. Editorial Complutense. España, 1996.
GUERRY, Emile, Monseñor: «La Doctrina social de la Iglesia», Segunda Edición. Ediciones Rialp S.A. Madrid, 1961.
Historia del Opus Dei. Publicada pro la Oficina de Información del Opus Dei en España, 1998.
LE VAILLANT, Yvon: «La Santa Mafia». Editores asociados, S. De R. L. México, 1971.
MONCADA, Alberto: «Historia Oral del Opus Dei». Editorial Plaza & Janés, 1987.
VACA DE OSMA, José Antonio: «La Masonería y el Poder». Editorial Planeta. Barcelona España, 1992

Que pensaba Sarmiento

sábado, 10 - marzo - 2007
1) Era absolutamente antinacional
2) Sentía un gran desprecio por San Martín (ya que este había tomado partido a favor de Rosas y se había opuesto a los liberales unitarios)
3) Era ciegamente antirrosista
4) Tenia fobia y sentía un gran desprecio por todo lo criollo
5) Era profundamente racista
6) Era un mitómano confieso
7) Era ateo y despreciaba a la religión católica

LA PATRIA : «Los argentinos residentes en Chile pierden desde hoy su nacionalidad. Chile es nuestra Patria querida. Para Chile debemos vivir. En esta nueva afección deben ahogarse todas las antiguas afecciones nacionales» (El Progreso, 11/10/1843). «Fui chileno, señores, os consta a todos» (5/4/1884).

LA PATAGONIA AUSTRAL : «He contribuido con mis escritos aconsejando con tesón al gobierno chileno a dar aquel paso… El gobierno argentino, engañado por una falsa gloria, provoca una cuestión ociosa que no merece cambiar dos notas, Para Buenos Aires tal posesión es inútil. Magallanes pertenece a Chile y quizá toda la Patagonia… No se me ocurre después de mis demostraciones, como se atreve el gobierno de Buenos Aires a sostener ni mentar siquiera sus derechos. Ni sombra ni pretexto de controversia les queda». (El Progreso 11 al 28 de Nov. 1842 y La Crónica 11/3 y 4/8/1849). «Es una guerra desértica, frígida e inútil. No vale la pena gastar un barril de pólvora en su defensa. ¿Por qué obstinarse en llevar adelante una ocupación nominal?» (1868; 30/5/1881 y El Nacional, 19/7/1878)

MARINA NACIONAL : «El día que Buenos Aires vendió su Escuadra hizo un acto de inteligencia que le honra. Las costas del Sur no valdrán nunca la pena de crear para ellas una Marina. Líbrenos Dios de ello y guardémonos nosotros de intentarlo». (El Nacional, 12/12/1857 y 7/6/1879).

COLONIAS EXTRANJERAS Y LAS MALVINAS : «La Inglaterra se estaciona en las Malvinas. Seamos francos: esta invasión es útil a la civilización y al progreso» (El Progreso, 28/11/1842). «Propicio una colonia yanqui en San Juan y otra en el Chaco hasta convertirse en colonias norteamericanas de habla inglesa (años 1866 y 1868) porque EEUU es el único país culto que existe sobre la tierra. España, en cambio, es inculta y barbara. En trescientos años no ha habido en ella un hombre que piense… Europa ha concluido su misión en la historia de la humanidad». Por último se lamenta que hallamos vencido a los ingleses en las invasiones. (Cf. Gálvez, 449, 90 y 132)

EL GAUCHO ARGENTINO :«Se nos habla de gauchos…La lucha ha dado cuenta de ellos, de toda esa chusma de haraganes. No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla incivil, bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos».(Carta a Mitre de 20 de Septiembre de 1861 y «El Nacional» 3/2/1857)

IGUALDAD DE LAS CLASES : «Cuando decimos pueblo, entendemos los notables, activos, inteligentes: clase gobernante. Somos gentes decentes. Patricios a cuya clase pertenecemos nosotros, pues, no ha de verse en nuestra Cámara (Diputados y Senadores) ni gauchos, ni negros, ni pobres (interesante apreciación de Sarmiento descendiente de negros, por parte materna y nacido pobre, N. del A.). Somos la gente decente, es decir, patriota» (Discurso de 1866)

LOS DESHEREDADOS SOCIALES : «Si los pobres de los hospitales, de los asilos de mendigos y de las casas de huérfanos se han de morir, que se mueran: porque el Estado no tiene caridad, no tiene alma. El mendigo es un insecto, como la hormiga. Recoge los desperdicios. De manera que es útil sin necesidad de que se le dé dinero. ¿Qué importa que el Estado deje morir al que no puede vivir por sus defectos?. ¿Los huérfanos son los últimos seres de la sociedad, hijos de padres viciosos, no se les debe dar más que de comer». (Discurso en el Senado de Buenos Aires, 13 de Septiembre de 1859)

LA MASA POPULAR : «Tengo odio a la barbarie popular… La chusma y el pueblo gaucho nos es hostil… Mientras haya un chiripá no habrá ciudadanos, ¿son acaso las masas la única fuente de poder y legitimidad?. El poncho, el chiripá y el rancho son de origen salvaje y forman una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden… Usted tendrá la gloria de establecer en toda la República el poder de la clase culta aniquilando el levantamiento de las masas». (En Buenos Aires, 1853; Carta a Mitre del 24 de Septiembre 1861; en EEUU., 1865)

EL INDIO AMERICANO : «¿Lograremos exterminar los indios?. Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa canalla no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso, su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado». (El Progreso, 27/9/1844; El Nacional, 25/11/1876)

PALABRA DE HONOR : «Si miento lo hago como don de familia, con la naturalidad y la sencillez de la verdad» (Carta a M. R. Garcia, 18/10/1868) (Palabra de honor del presidente de los argentinos e historiador nacional)

EL LIBRO «FACUNDO» (CIBILIZACION Y BARBARIE) : «Jovencito: no tome como oro de buena ley todo lo que he escrito contra Rosas» (Consejo dado a Ramos Mexía).»Los muchos errores que contiene son una de las causas de su popularidad» (La Crónica, 26/12/1853). «Lleno de inexactitudes, a designio a veces» (Carta a Paz, 22/12/1845). «Cada pagina revela la precipitación con que ha sido escrito» (Rec. de Pcia.). «Sin documentos a la mano y ejecutado con propósitos de acción inmediata» (Carta a V. Alsina, 7/4/1851).

MODELO DE ESTUDIANTE : «La plana (libreta escolar) era abominablemente mala, tenia notas de policía (conducta deficiente), había llegado tarde, me escabullía sin licencia (se rateaba) y otra diabluras con que me desquitaba del aburrimiento» (Mi defensa, año 1843)

SEMBRADOR DE ESCUELAS : «En Buenos Aires solo logre fundar dos escuelas» (Carta a M. Mann, 15/5/1866). «De treinta jóvenes que era la dotación de la Escuela de Preceptores que dirigía en Chile, veintiocho fueron expulsados» (El Monitor, 15/8/1852). «En Santa Rosa de Chile fui real maestro de escuela, no habiéndolo sido antes ni después» (8/4/1884). «En la ciudad de Buenos Aires se han construido solo dos edificios de escuelas en estos veinte años (de 1858 a 1878). Mientras tanto no se intenta nada. En la única escuela normal de varones el 95% son ineptos; el 30% debió ser expulsado, y el resto solo concurre por el aliciente del viático con que se premia su asistencia a clase. De las dos escuelas normales de mujeres se debió suprimir una» (Informe de 1878).

LOS UNIVERSITARIOS : «Si algo habría de hacer por el interés publico seria tratar de contener el desarrollo de las universidades… En las ciudades argentinas se han acumulado jóvenes que salen de las universidades y se han visto en todas las perturbaciones electorales… Son jóvenes que necesitan coligarse en algo porque se han inutilizado para el comercio y la industria. La apelación de ´Doctor´ contribuye a pervertirles el juicio… El proyecto de anexar colegios nacionales a la universidad es ruinoso y malo, pues contribuirá a perturbar las cabezas de los estudiantes secundarios e inutilizarlas para la vida real que no es la de las universidades ni de los doctores. La educación universitaria no interesa a la nacion ni interesa a la comunidad del país… Generalmente en todo el mundo las universidades son realmente libres. Nada tiene que ver ni el estado ni nadie con las universidades» (Senado Nacional, 27/7/1878 y 19/9/1878)

MASACRE PATRIOTICA : «Necesitamos entrar por la fuerza en la nacion, la guerra si es necesario» (año 1861). «Los sublevados serán todos ahorcados, oficiales y soldados, en cualquier numero que sean» (año 1868). «Es preciso emplear el terror para triunfar. Debe darse muerte a todos los prisioneros y a todos los enemigos. Todos los medios de obrar son buenos y deben emplearse sin vacilación alguna, imitando a los jacobinos de la época de Robespierre» (año 1840). «A los que no reconozcan a Paz debiera mandarlos ahorcar y no fusilar o degollar. Este es el medio de imponer en los ánimos mayor idea de la autoridad» (año 1845). «Hemos jurado con Sarmiento que ni uno solo ha de quedar vivo» (Mitre en 1852).

DEMOCRACIA SANGUINARIA : La muerte del gobernador Benavidez «es acción santa sobre un notorio malvado. !Dios sea loado» (El Nacional, 23/10/1858). «Acabé con el Chacho(el General Peñaloza). He aplaudido la medida precisamente por la forma. Sin cortarle la cabeza a ese pícaro, las chusmas no se habrían aquietado» (Carta a Mitre, 18/11/1863).

«Córteles la cabeza y déjelas de muestra en el camino» (Carta a Arreondo, 12/4/1873). «Si el coronel Sandes mata gente(en las provincias) cállense la boca. Son animales bípedos de tan perversa condición (esos provincianos que defienden sus autonomías) que no se que se obtenga con tratarlos mejor» (Informe a Mitre, 1863). El fusilamiento en masa de un batallón correntino: «brillante conducta». A los sublevados enterrianos en 1868. «Proceda a diezmarlos, pasando por las armas a los que le toque en suerte». El degüello de Santa Coloma : «acto de que gusté» (año 1852). Asesinato del gobernador Virasoro que él instigó desde Buenos Aires: «San Juan tenia derecho a deshacerse de su tirano» (año 1860). Aprobó el asesinato en masa en Villamayor el 2/2/1856 y como presidente ofreció $100.000 por la cabeza de López Jordán y entre las cabezas valuadas a 1000 patacones estaba la de José Hernández, que acababa de publicar el «Martín Fierro», y era un ferviente antirrosista.

SOCIALISMO : «Las huelgas son invenciones de los ociosos que buscan motivos de alarmar. El socialismo las uso como instrumento de perturbación; pero el socialismo es una necedad en América». (El Nacional, 14/9/1878).

LIBERTAD DE SUFRAGIO : «Después de la caída de Rosas, Buenos Aires fue educada en la practicas de la libertad por demagogos. El fraude, la falsificación de las urnas electorales vienen de 1852 por los comicios organizados por Mitre. Después de veinte años de este sistema Mitre se ha quedado solo en la República con sus paniaguados. En Buenos aires hay tal libertad de sufragios que ni a palos harán que el pueblo concurra a elecciones». (Año 1872 ¡El era presidente!).

DEMOCRACIA LIBERAL : «Aquí en América la palabra libertad importa sainete ridículo; Riquísima comedia que no manifiesta tener fin» (14/11/1841). «Esta demostrado que no puede haber mas política que la del garrote y la macana» (año 1880). «A quien no quiere pagar lo soplo a la cárcel. En materia de contribución directa hago peor, pues les rasco el bolsillo» (Gobernado de San Juan en carta a Mitre, 1862).

«Una Constitución pública no es una regla de conducta para todos los hombres. La Constitución de las masas populares son las leyes ordinarias, los jueces que las aplican y la policía de seguridad. No queremos exigir a la democracia más igualdad que la que consienten la diferencia de raza y posiciones sociales. Nuestra simpatía para la raza de ojos azules.»(OO. CC., 1886)

CONGRESO DE TUCUMÁN : «Formado en su mayoría por curas de aldea, ignorantes de la historia contemporánea. Era un niño que declara la independencia; pues no se necesita inteligencia ni ciencia para emanciparse y constituirse una fracción de pueblo independiente de otra» (Tomo 48º, p. 103 y 302 de OO.CC.

LAS PROVINCIAS : «Son pobres satélites que esperan saber quien ha triunfado para aplaudir. La Rioja, Santiago del Estero y San Luis son piltrafas políticas, provincias que no tienen ni ciudad, ni hombres, ni cosa que valga. Son las entidades mas pobres que existen en la tierra» (El Nacional, 9/10/1857).

LOS PORTEÑOS : «Las elecciones de 1857 fueron las mas libres y mas ordenadas que ha presentado la América». (El Nacional, 13/10/1857). «Para ganarlas, nuestra base de operaciones ha consistido en la audacia y el terror, que empleados hábilmente han dado este resultado (de las elecciones del 29 de marzo). Los gauchos que se resistieron a votar por nuestros candidatos fueron puestos en el cepo o enviados a las fronteras con los indios y quemados sus ranchos. Bandas de soldados armados recorrían las calles acuchillando y persiguiendo a los opositores. Tal fue el terror que sembramos entre toda esa gente, que el día 29 triunfamos sin oposición. El miedo es una enfermedad endémica de este pueblo. Esta es la palanca con que siempre se gobernara a los porteños, que son unos necios, fatuos y tontos». (Carta a D. Oro 17/6/1857)

SAN MARTÍN : «San Martín el ariete desmontado ya que sirvió a la destrucción de los españoles; hombre de una pieza; anciano batido y ajado por las revoluciones americanas, ve en Rosas el defensor de la independencia amenazada y su ánimo noble se exalta y ofusca… Fastidiado estoy de los grandes hombres que he visto… Hace tiempo que me tienen cansado los héroes sudamericanos(como si el fuera europeo), personajes fabulosos todos… La expatriación de San Martín fue una expiación. Sus violencias se han vuelto contra él y lo han anonadado… Pesan sobre él ejecuciones clandestinas… Dejemos de ser panegiristas de cuanta maldad se ha cometido. San Martín, castigado por la opinión, expulsado para siempre de la América, olvidado por veinte años, es una digna y útil lección». (Año 1845. La Crónica, 26/12/1853; carta a Alberdi 19/7/1852; y año 1885)

ROSAS : … falso, corazón helado, espíritu calculador… Tirano sin rival hoy en la tierra,…… una aberración, una monstruosidad… legislador de esta civilización tártara… el tirano… el lobezno que se está criando aún…… el caníbal de Buenos Aires… las miradas suspicaces del tirano… el azote del verdugo… otros execraban aquel monstruo sediento de sangre y de crímenes,… el despotismo de Rosas… tirano semibárbaro…. Degüella, castra, descuartiza a sus enemigos para acabar de un solo golpe… el execrable Nerón, el tirano brutal…. la sangre derramada ahogue al tirano!… Rosas con sus atrocidades… ese monstruo,… los bandidos, desde Facundo hasta Rosas… este genio maldito … el monstruo… horrible monstruo… del execrable tirano… sus mismas brutalidades y su desenfreno… un forajido, un furioso, o un loco frenético… este furibundo (Extractos de Facundo, que tomados como de quien viene, son más un halago que un insulto)

EL LIBRO «FACUNDO» (CIBILIZACION Y BARBARIE) : «Jovencito: no tome como oro de buena ley todo lo que he escrito contra Rosas» (Consejo dado a Ramos Mexía).»Los muchos errores que contiene son una de las causas de su popularidad» (La Crónica, 26/12/1853). «Lleno de inexactitudes, a designio a veces» (Carta a Paz, 22/12/1845). «Cada pagina revela la precipitación con que ha sido escrito» (Rec. de Pcia.). «Sin documentos a la mano y ejecutado con propósitos de acción inmediata» (Carta a V. Alsina, 7/4/1851).

URQUIZA : «No deje cicatrizar la herida de Pavón. Urquiza debe desaparecer de la escena, cueste lo que cueste. Southampton o la horca. El es la única nube negra que queda en el horizonte». (Carta a Mitre, dic. 1861). «Además es preciso acogotar a Alberdi, del Carril, Gutiérrez y Fragueiro con Vicente F. López, Cané, Luis Domínguez y Tejedor». (Carta a J. Posse, mayo 1860). «Urquiza es el verdugo vendido a Rosas. Su historia es negra y salpicada de sangre. Un reguero de sangre señala su camino. Después de despoblar la tierra con sus atrocidades, la despuebla con sus rapiñas. Suscita secuaces donde quiera haya un bárbaro. Es un escuerzo, un viejo montonero, un ambicioso, un cacique y soldado desvergonzado, un padrillo inmundo, un gaucho mazorquero e insolente: monstruo de carnicerías humanas». (Tomo 17, p. 93 y 121 y Tomo 49, p. 295)

OTROS PERSONAJES :

Juan Bautista Alberdi: «baboso de envidia hipócrita y ambición rastrera; cínico, mentiroso, malvado, traidor, alma torcida, detractor de oficio, charlatán mal criado y pillo, saltimbanqui, raquítico y jorobado, conejo, bellaco, botarate insignificante» (Tomo 5º. CC.).

Bernado de Irigoyen: «un energúmeno»;

Carlos Guido y Spano: «un burro»;

Moreno: «el Danton de 1810»;

Juan María Gutiérrez: «el hombre mas ignorante que haya conocido jamas»;

Mitre: «un charlatán, tres veces borracho, autor, factor y sostenedor del fraude electoral desde 1852 hasta la fecha, pigmeo indigno y especulador patriotero» (26/6/1869; La Tribuna, 7/10/1874).

Castro Barros: «un majadero fanático, ambicioso, insano e hipócrita» (Rec. de Pcia.);

Del Carril : «Miserable, mocito petulante antes, viejo decrépito después, doctor maula, vicepresidente pantalla, necio testarudo, doctor de embustes» . (Tomo 17. OO.CC.);

Navarro Viola : «pajarraco, oprobio de la literatura argentina, estafador, basura sucia y hedionda y cloaca de inmundicias»;

y los demás católicos como Estrada, Goyena, Lamarca, Avellaneda, Adolfo van Gelderen, Achával, etc. : «charlatanes adocenados, malvados, traidores a la constitución, engañados por Satanás»; (El Nacional, 20/4/1882).

Las mayores barbaridades las dijo contra los caudillos: Rosas, Güemes, Bustos, Ramírez, López Jordán, Quiroga, Oribe, etc. En modo especial contra el …

Uruguayo Artigas : «Artigas es un bandido, un tártaro terrorista, jefe de bandoleros, salteador, contrabandista, endurecido en la rapiña, incivil, extraño a todo sentimiento de patriotismo, famoso vándalo, ignorante, rudo, monstruo, sediento de pillaje, sucio y sangriento ídolo con chiripá. Este salvaje criminal que enchalecaba hombres con cuero fresco lleva por séquito inseparable el degüello y la devastación». (Tomo 17, p. 87 y 92; T. 15, p. 349; T. 38, p. 280).

EL PUEBLO PARAGUAYO : «Estamos por dudar de que exista el Paraguay. Descendientes de razas guaraníes, indios salvajes y esclavos que obran por instinto a falta de razón. En ellos se perpetúa la barbarie primitiva y colonial. Son unos perros ignorantes de los cuales ya han muerto ciento cincuenta mil. Su avance, capitaneados por descendientes degenerados de españoles, traería la detención de todo progreso y un retroceso a la barbarie… Al frenético, idiota, bruto y feroz borracho Solano López lo acompañan miles de animales que le obedecen y mueren de miedo. Es providencial que un tirano haya hecho morir a todo ese pueblo guaraní. Era preciso purgar la tierra de toda esa excrecencia humana: raza perdida de cuyo contagio hay que librarse.» (Carta a Mitre de 1872)

RELIGION : «Franklin en moral avanza sobre la moral misma de Jesucristo» (1/1/1886). Después de manifestar su incredulidad con respecto a varios dogmas y hablar contra el Papa, los jesuitas y los católicos dice de las congregaciones docentes: «Los frailes y monjas se apoderaron de la educación para embrutecer a nuestros niños… Ignorantes por principios, fanáticos que matan la civilización; emigrantes confabulados y recua de mujeres: basura de Europa, son la filoxera y el cardo negro de la pampa, hierba dañina que es preciso extirpar» (feb. 1883).

Guaicaipuro Cuatemoc

sábado, 10 - marzo - 2007
Discurso del cacique mexicano Guaicaipuro Cuatemoc ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea, el 8 de febrero de 2002.

Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatemoc, he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.
Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace sólo quinientos años.
Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.
El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron.
El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme.
El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.
Yo los voy descubriendo.
También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.
¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento.
¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!
¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos!
¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.
Yo, Guaicaiputo Cuatemoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis. Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan «MarshallTesuma» para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.
Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos:
¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional?
Deploramos decir que no.
En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.
En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo.
Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente, hemos demorado todos estos siglos en cobrar. Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarle a nuestro hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia. Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300.
Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra. Muy pesadas son esas moles de oro y plata.
¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?
Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo. Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.
Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica…

La historia oficial – Por Osvaldo Bayer

sábado, 17 - febrero - 2007
Es imperdible seguir de cerca la argumentación de los que perdieron pero siguen teniendo el poder. Se enojan y arrojan rayos y centellas a los que se atreven a discutir la historia. Nos llaman “historiadores improvisados” y en cambio ellos son los historiadores consagrados, los que dicen la verdad. Mariano Grondona desde La Nación y desde sus audiciones radiales y televisivas advierte severamente sobre el peligro que significa discutir la historia consagrada. Peligro, que él remarca, recaería sobre los jóvenes. Desde La Nación nos ha sacudido con un artículo titulado “Falsificación de la memoria colectiva”. Nada menos. El, que no es historiador, sino abogado y periodista, nos da lineamientos de una moralidad discutible de cuál es la verdadera historia argentina. El representa a los roquistas, los que construyeron la historia oficial.

Claro, cuando uno tiene en cuenta la biografía del indignado “historiador” Grondona se da cuenta por qué. Apoyó a todos los golpes militares desde 1962. Ocupó altos cargos, entre ellos embajador del triste dictador Onganía, conspiró y finalmente fue asesor de la Fuerza Aérea en la dictadura de la desaparición de personas, amén de haber sido director de Visión, la revista de los dictadores más sucios de la historia americana: los Somoza. Además fue banquero en 1980 con un altísimo sueldo.

Y es estanciero, de campos por Pehuajó, allí, cercanos de las tierras que recibió Roca después de su campaña “civilizadora”. Toda una biografía para guardar silencio y retirarse. Gozar de lo ganado y tratar de pasar inadvertido. Pero no, además quiere hacer triunfar su interpretación de la historia.

Respecto de su ética política, Grondona ya perdió para siempre. Nunca fue preso por defender a la democracia, sino que fue premiado por bestiales dictaduras militares. Y él las sirvió. Un pasado que jamás podrá negarse. Nadie que fue hombre de la dictadura militar de la desaparición de personas, robos de bebés, arrojo de vidas desde aviones, torturas, robo de propiedades de las víctimas, podrá ya postularse como señalador arquetípico de la moral en la Historia. Los historiadores alemanes que “comprendieron” a Hitler callaron para siempre. Grondona, después de Videla, no. Y sigue con sus tesis y defiende ex cátedra con ardor la campaña de Roca contra los pueblos originarios. Que puede traducirse en la fórmula: civilización significó en suma quedarse con la propiedad de la tierra.

A quienes hemos iniciado la discusión sobre lo que significó la mal llamada “Campaña del Desierto” nos llama “falsificadores”. Y en esto cabe la pregunta: ¿es falsificar la historia traer los nombres y las extensiones de tierra –de las mejores tierras– con las que se quedaron conocidos propietarios como Martínez de Hoz, que recibió nada menos que 2.500.000 hectáreas después de la campaña roquista? ¿Es falsificar la historia reproducir documentación científicamente histórica como esta crónica de 1879 de diarios de época como la de El Nacional al terminar la matanza de Roca?: “Llegan los indios prisioneros con sus familias. La desesperación, el llanto no cesa. Se les quita a las madres sus hijos para en su presencia regalarlos, a pesar de los gritos, los alaridos y las súplicas que hincadas y con los brazos al cielo dirigen las mujeres indias. En aquel marco humano, unos se tapan la cara, otros miran resignadamente el suelo, la madre aprieta contra el seno al hijo de sus entrañas, el padre se cruza por delante para defender a su familia de los avances de la civilización”. Textual.

¿Es “falsificación” traer a la memoria el inmoral decreto por el cual se premia a Roca con 50.000 hectáreas de las mejores tierras como premio a su “hazaña”, a pesar de que cobraba sueldo de general? ¿Es falsificar reproducir los discursos de Roca donde invariablemente califica de “los salvajes, los bárbaros” a los pueblos originarios mientras San Martín, medio siglo antes los llamaba con respeto “nuestros paisanos los indios”? ¿Es falsificar la historia traer los avisos de los diarios de Buenos Aires, después de la campaña de Roca, que con el título “Entrega de indios” señalaban: “Los miércoles y los viernes se efectuará la entrega de indios y chinas a las familias de esta ciudad, por medio de la Sociedad de Beneficencia”? ¿Es falsificar la historia citar al comandante Alvaro Barros cuando denuncia ante el Parlamento nacional: “El Ejército Argentino, siendo uno de los más deficientes y atrasados, es el más caro del mundo. El resultado económico de este desorden es notable. Mientras que el soldado alemán cuesta 199 pesos fuertes por año y el francés 189, el argentino cuesta 521 y mucho más en tiempo de guerra, y sufre como ninguno y en todo tiempo, todo género de necesidades y miserias”? La pregunta es, ¿quién se quedaba con el vuelto?

Sarmiento lo dirá claramente cuando conjuga un nuevo verbo, el verbo “atalivar”. Ataliva se llamó el hermano de Julio Argentino Roca. Y Sarmiento sostenía que Roca hacía los negocios y Ataliva “atalivaba”, es decir se quedaba con el vuelto, o para hablar claro, con la coima. Estudiosos pampeanos han investigado la enorme fortuna a la que llegó Ataliva. Tan grande como la de su hermano, el presidente Roca, quien al iniciar su primer período declara no tener bienes. Pero al morir dejará una herencia impresionante. La pregunta es: ¿llegó a ella ahorrando su sueldo? Todo se puede ver en la documentación científicamente histórica que se encuentra en Tribunales.

El mismo comandante denuncia cómo el ejército de Roca tortura a los indios prisioneros. Poniéndolos en el cepo y descoyuntándolos. ¿Atentamos contra la verdad histórica cuando citamos a José Hernández, el autor de Martín Fierro, quien dirá textualmente: “Nosotros no tenemos el derecho de expulsar a los indios del territorio y menos de exterminarlos. La civilización sólo puede dar los derechos que se deriven de ella misma. La sociedad no hace de los gobiernos agentes de comercio, ni los faculta para labrar colosales riquezas lanzándolos en las especulaciones atrevidas del crédito. La sociedad no podría delegar, sin suicidarse, semejantes funciones, que son el resorte de su actividad y su iniciativa”?

Los que hemos solicitado que se retire el monumento a Roca del centro de la ciudad –es el más grande de todos los monumentos argentinos– lo hacemos por respeto a la mayoría de la población argentina. Después del estudio del Servicio de Huellas Digitales Genéricas de la Universidad de Buenos Aires, que comprobó que el 56 por ciento de los argentinos tiene antepasados indígenas, no se puede seguir faltándole el respeto a la mayoría de nuestra población plantándoles ese monumento en el centro de la ciudad –que además lo puso un gobierno no democrático–. He propuesto que el monumento no se destruya pero que se lo lleve a la estancia La Larga, que recibió como pago a su matanza y esclavitud de los pueblos nativos. Allí, en esa estancia, sus bisnietos podrán agradecerle ante su estatua los beneficios que les dejó el señor general.

Señor Mariano Grondona: usted firmó debajo del retrato de Ronald Reagan, en la tapa de A Fondo su frase: “Compartimos con él lo más importante, el enemigo”. Está todo dicho. Reagan, y ahora y siempre Roca. Pero la historia pertenece no sólo a los dueños de la tierra, sino también a los humildes y a sus sufrimientos. Es hora ya que con documentación científicamente histórica demostremos quién se quedó con todo, cómo se repartió la tierra conquistada, cómo fueron tratados los pueblos que la habitaban. Usted, que defendió siempre todos los golpes militares y su violencia, es coherente que luche por mantener ese poder. Pero nosotros seguiremos limpiando nuestro pasado histórico, sin necesidad alguna de falsear los hechos. Pero de cualquier manera, si usted tiene sus dudas, lo esperamos ante el monumento a Roca en las reuniones que convocamos para debatir en público cada uno de nuestros argumentos. Es usar la democracia y practicarla, y no hablar ex cátedra desde los medios de comunicación más poderosos, cosa que usted siempre ha practicado, en dictaduras feroces y en gobiernos democráticos.

Además de la historia de la represión de los pueblos originarios durante Roca, habría que hablar sobre la represión obrera que efectuó durante sus mandatos. La ley 4144, de Residencia, le pertenece a él, escrita por Miguel Cané. Es una de las leyes más crueles contra la lucha indiscutible de los obreros por las ocho horas de trabajo. Además de las brutales represiones contra sus manifestaciones. Pero, de eso no se habla, esos hechos recién ahora están saliendo más allá de las luces de los libros. Ya es tema docente.

A la historia no la deben hacer solamente los que tienen el poder. Porque claro, si no en el futuro tendríamos que tomar como ciertas las palabras de Grondona sobre el dictador Videla, a quien definió en forma un tanto angelical: “Un poder suave, discreto… ante un país que viene de largos desencuentros, el agua fresca de una esencial innovación”. Videla.

Quien lea esta última frase ya no podrá creer su acérrima defensa de Julio Argentino Roca. Aplica las mismas medidas, alguien que se autotitula historiador, o por lo menos que quiere dar normas de historia. No, la historia no puede ser escrita sólo por Grondona y los historiadores que él alaba. Por lo menos, la democracia tiene que tener, como norma, el debate.

Fuente: Mipatagonia.org

De Hitler a Bush

jueves, 8 - febrero - 2007
Dr. Federico Fasano Mertens
Director del Diario LA REPUBLICA, 1410 AM Libre y TV Libre

Del incendio del Reichstag del martes negro 11 de setiembre, pasando por la demolición de la ONU y el Lebensraum petrolero, culminando con la formidable blitzkrieg dirigida por la Luftwage más mortífera de todos los tiempos para ocupar Irak. ¿Habrá acaso también una nueva Cancillería en ruinas?
Separata del diario del Domingo 30 de Marzo de 2003

El señor embajador de los Estados Unidos de Norteamérica en Uruguay, Martin Silverstein, hace unos pocos días me envió un comunicado acusando al diario La República, publicación que me honro en dirigir, de carecer «de toda medida de integridad periodística» por comparar a su presidente, George Bush con el canciller del Tercer Reich alemán, Adolfo Hitler.

No pude contestarle antes porque el acto de piratería internacional que su país cometió al atacar con la más formidable maquinaria de matar que recuerde la historia universal, a un pueblo indefenso y casi desarmado, me obligó a destinar más tiempo que el rutinario en la preparación de las ediciones especiales sobre la matanza. También me encontraba ocupado en hacer condenar penalmente a torturadores uniformados que fueron entrenados en EEUU y que me estaban calumniando, tarea esta que llevé a cabo con éxito en estos días.

Cuando el embajador me visitó hace no mucho tiempo en mi despacho comenté con mis colaboradores que él era el embajador de EEUU más inteligente, perspicaz y humorista que había conocido. «Por fin -dije-, un representante del imperio con el que se puede discutir ideas fuera de los insulsos y aburridos clichés con que nos intoxican en las reuniones que nos toca compartir».

Pero, lamentablemente para el embajador, su sagacidad no le impidió la desdicha de tener que representar al presidente 43 de su nación, George Bush (hijo), un fanático paranoico, intoxicado de mesianismo, con menos luces que una babosa, borracho de poder como antaño fue borracho de alcohol y condenado legalmente por ello el 4 de setiembre de 1976 cuando conducía ebrio y a toda velocidad su automóvil, amonestado también por el famoso predicador Graham que le dijo: «Quien eres tú, para creerte Dios», militante de la Christian Right, la derecha cristiana tejana y sudista, un racista enamorado de la pena de muerte, sobre todo contra los negros, en fin, el peor presidente norteamericano de la última centuria, el que mayores tragedias desencadenará sobre su propio pueblo, la contracara del homo sapiens, la encarnación del homo demens.

Y además misógino, como buen racista. Nadie puede olvidarse de las humillaciones públicas a las que somete a su esposa Laura Bush. No es fácil de olvidar el malestar de Laura cuando el presidente explicó a la prensa que su esposa no lo estaba acompañando ese día «porque ha llovido y ella necesitaba barrer la entrada, porque mañana recibiremos al presidente de China, Jiang Zemin, en nuestro rancho de Crawford (Texas)».

Su compatriota, el anciano escritor Kurt Vonnegut no dudó en calificarlo del «más sórdido y patético golpista de opereta que es dable imaginar».

Pero vayamos al corazón del incidente. Que se quede el embajador de EEUU con su patética desventura de tener que defender al más delirante de los habitantes de la Casa Blanca y a mí con el honor de procesarlo con las armas de la palabra.

El tema es la comparación entre Adolfo Hitler y George Bush.

Obvio es que existen diferencias. La primera de ellas es que el criminal de guerra, genocida del pueblo judío y del pueblo soviético, ganó por abrumadora mayoría los comicios alemanes, mientras que el criminal de guerra, genocida del pueblo iraquí llegó al poder en forma fraudulenta, en medio del mayor escándalo electoral de la historia norteamericana.

Desde el punto de vista teórico la comparación entre Bush y Hitler es correcta. Los cientistas han definido al nazismo como la dictadura terrorista del capital financiero en expansión. Bush al ponerse al margen de la ley e invadir a una Nación indefensa que no lo agredió, para quedarse con su riqueza petrolera, la segunda mayor del mundo, y anunciar que después le seguirán otras Naciones petroleras, se acercó a la definición de dictadura terrorista del capital financiero. Aunque no le guste aceptarlo.George Bush ya llevaba en sus genes la raíz nazi.
Su abuelo, Prescott Bush, era socio de Brown Brothers Harriman y uno de los propietarios de la Unión Banking Corporation. Ambas empresas jugaron un papel clave en la financiación de Hitler en su camino hacia el poder alemán. El gobierno norteamericano ordenó el 20 de octubre de 1942 la confiscación de la Unión Ranking Corporation propiedad de Prescott Bush e incautó además la Corporación de Comercio Holando-Estadounidense y la Seamless Steel Corporation, ambas administradas por el banco Bush-Hamman. El 17 de noviembre de ese mismo año, Franklin Delano Roosevelt confiscó, por violación a la ley de comercio con el enemigo, todos los bienes de la Silesian American Corporation administrada por Prescott Bush. El bisabuelo de nuestro George, el guerrero de Dios, Samuel Bush, padre del nazi Prescott Bush, fue la mano derecha del magnate del acero Clarence Dillon y del banquero Fritz Thyssen, quien escribió el libro I Paid Hitler (Yo financié a Hitler), afiliándose en 1931 al partido nazi (Partido Obrero Nacional Socialista Alemán).

Y si el señor embajador tiene alguna duda sobre la espuria alianza de los Bush con Hitler le ruego leer el lúcido ensayo de Víctor Thorn. Dice Thorn: «Una parte importante de los cimientos financieros de la familia Bush fue constituida por medio de su ayuda a Adolfo Hitler. El actual presidente de Estados Unidos, así como su padre (ex director de la CIA, vicepresidente y presidente), llegaron a la cumbre de la jerarquía política norteamericana porque su abuelo y padre y su familia política ayudaron y alentaron a los nazis». Todo esto sin contar las estafas y desfalcos de la familia Bush por cuatro millones y medio de dólares al Broward Federal Savings en Sunrise, Florida, o la estafa a millones de ahorristas del Banco de Ahorros Silverado (Denver, Colorado).

Bisabuelo nazi, abuelo nazi, padre que no tuvo tiempo de ser nazi porque ya Hitler se había suicidado en los jardines de la Cancillería en ruinas, aunque se benefició de la fortuna mal habida de sus ancestros.

Pero no condenemos a nuestro homo demens por sus genes siniestros.

Juzguémoslo sólo por sus obras. Y comparemos. Sólo comparemos.

¿Cómo cree el señor embajador, que el delirante cabo austríaco alcanzó la suma del poder público? Porque Hitler llega al poder en elecciones limpias pero se encuentra con la Constitución de Weimar que le impone límites que su omnipotencia le impide aceptar. Planifica entonces el incendio del Reichstag y en una sola noche es ungido el decisor de la guerra o la paz.

¿No le resultan conocidos esos hechos al señor embajador?

La criminal demolición de las Torres Gemelas trajeron los mismos lodos que el incendio del Reichstag.

Obviamente no voy a cometer la osadía de afiliarme a la tesis de los que acusan al grupo belicista bushiano de haber orquestado esa masacre o no haberla impedido cuando sabían que se preparaba.

No hay pruebas contundentes para tamaña afirmación aunque sí, múltiples indicios de negligencia culpable o vastas sospechas que son alimentadas por una férrea censura, sin precedentes en la democracia norteamericana moderna.

Algún día, cuando el pueblo norteamericano recupere totalmente la libertad de información e investigación sobre el martes negro del 11 de setiembre, hoy acotadas por la ley patriótica aprobada con el único voto en contra de una mujer, símbolo de la dignidad nacional norteamericana, se podrá saber por qué desoyeron los numerosos indicios y huellas dejadas por todo el país anunciando el magnicidio. Se podrá saber por qué demoraron 80 minutos en despegar los aviones militares para interceptar las aeronaves secuestradas cuando de inmediato se supo que los aviones comerciales que habían despegado de Boston habían sido secuestrados y se dirigían a Washington, cuando el manual prevé la intervención de la Fuerza Aérea en caso de secuestros, en menos de 5 minutos.

Se podrá saber por qué se ocultaron los restos del presunto avión que impactó en el Pentágono. Se podrá saber por qué el director del servicio secreto paquistaní inmediatamente después de reunirse en Washington con Tenet, el jefe de la CIA norteamericana, dispuso, y así lo informa el diario conservador The Wall Street Journal, que Islamabad girara a EEUU la suma de cien mil dólares para Mohammed Atta, jefe del operativo suicida contra las Torres Gemelas de Nueva York. Sobre este dato aterrador está prohibido investigar al suspenderse las libertades civiles en EEUU a partir de la Ley Patriótica.

Se podrá saber, en fin, por qué 15 de los 21 integrantes de los comandos suicidas eran originarios de Arabia Saudita, el principal aliado de los EEUU en el golfo Pérsico. No había ni un sólo iraquí. Ni por casualidad.

Pero más allá de las sospechas, no hay duda que el descontrolado presidente número 43 de EEUU, ungido en elecciones fraudulentas, en medio de una impresionante recesión sin salida a la vista, con el más bajo nivel de popularidad inicial en un mandatario, pasó a dominar todo el escenario, a recibir poderes inconcebibles en una democracia, siendo coronado Emperador vindicator para lavar la afrenta que los bárbaros infringieron a su pueblo.

El incendio del Reichstag americano del 11 de setiembre brindó la gran oportunidad de su vida a George Bush.

La peor victoria electoral en EEUU de un presidente desde 1876 hasta nuestros días se transformó en la mayor posibilidad histórica recibida por belicista alguno para imponer al mundo el nuevo orden norteamericano.

Así como Hitler lo primero que hizo fue rodearse de una pandilla de fascinerosos como él, fanatizados por el poder de la fuerza, como Goering, Goebels, Himmler, Mengele, Eichman, el presidente texano buscó la coraza protectora de una guardia de hierro, por momentos más belicista que él, que le impiden la tentación de la duda y que portan como él una marca en el orillo: todos son petroleros. El vicepresidente Dick Cheney estuvo en el grupo Halliburton Oil, el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld en la petrolera Occidental, la Consejera de Seguridad Nacional, la solterona despiadada Condoleeza Rice, que por una broma de la vida su nombre significa «con dulzura», integró el directorio de Chebron y tiene buques petroleros con su nombre. También la secretaria del Interior, Gale Norton está vinculada al petróleo como Bush padre también lo estuvo en el grupo petrolero Carlyle y el actual presidente Bush hijo en la Harkins Oil.

Este quinteto de la muerte que rodea al guerrero Bush, una verdadera mafiocracia, al igual que el quinteto que se fusionó con Hitler, se nutrió de una Biblia muy especial.

En este caso la filosofía de Hegel, Nietzsche, Schopenhauer, que le dio vida y pasión al creador del holocausto del siglo XX fue sustituida por especímenes menos cultos y de menor prosapia intelectual, pero más pragmáticos para el Hitler del siglo XXI.

¿Cuáles son los autores de cabecera de esta pandilla belicista?

El bostoniano Henry Cabot Lodge afirmando que «en el siglo XIX ningún pueblo igualó nuestras conquistas, nuestra colonización y nuestra expansión y ahora nada nos detendrá». Marse Henry Watterson declarando que EEUU es «una gran república imperial destinada a ejercer una influencia determinante en la humanidad y a modelar el futuro del mundo como no lo ha hecho nunca ninguna otra nación, ni siquiera el imperio romano».

O Charles Krauthammer quien hace muy poco, en 1999 escribió en The Washington Post: «EEUU cabalga por el mundo como un coloso. Desde que Roma destruyó Cartago ninguna otra gran potencia ha alcanzado las cimas a las que hemos llegado. EEUU ha ganado la guerra fría, se ha puesto a Polonia y a la República Checa en el bolsillo y después ha pulverizado a Serbia y Afganistán. Y de paso ha demostrado la inexistencia de Europa».

O Roberto Kaplan señalando que «la victoria de los EEUU en la segunda guerra mundial, al igual que la de Roma en la segunda guerra púnica, la convirtió en una potencia universal».

O el conocido historiador Paul Kennedy explicando que «ni la Pax Británica, ni la Francia napoleónica, ni la España de Felipe II, ni el Imperio de Carlomagno, ni siquiera el Imperio romano pueden compararse al actual dominio norteamericano. Nunca ha existido una tal disparidad de poder en el sistema mundial».

O el director del Instituto de Estudios Estratégicos Olín de la Universidad de Harvard, profesor Stephen Peter Rosen afirmando que «nuestro objetivo no es luchar contra un rival, porque éste no existe, sino conservar nuestra posición imperial y mantener el orden imperial».

O el inefable Zbigniew Brzezinski declarando que «el objetivo de EEUU debe ser el de mantener a nuestros vasallos en un estado de dependencia, garantizar la docilidad y la protección de nuestros súbditos y prevenir la unificación de los bárbaros».

O el Presidente Wilson declarando en pleno Congreso de la Unión que «le enseñaría a las repúblicas sudamericanas a elegir buenos diputados».

O el célebre Billy Sunday quien definía a un izquierdista latinoamericano como «un tipo con hocico de puerco espín y un aliento que haría huir a un zorrino», agregando que si él pudiera «los amontonaría a todos en prisiones hasta que se les salieran los pies por las ventanas».

Escuchemos ahora al actual vicepresidente de los EEUU Dick Cheney y al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, que junto con Dulzura Rice, forman el triángulo belicista, más temible que el de las Bermudas.

Dijo el vicepresidente Cheney ante esta guerra santa: «EEUU no tiene que enrojecer por ser una gran potencia y tiene el deber de actuar con fuerza para construir un mundo a imagen de EEUU». Mientras que el jefe del Pentágono fue más claro, por si no lo entendimos. Rumsfeld dixit citando la frase preferida de Al Capone: «Se consigue más con una palabra amable y un revólver que con sólo una palabra amable».

Este lenguaje que nutre la epidermis y las neuronas de Bush es un lenguaje encrático, autoritario, intimidante que conduce inevitablemente a la perversión moral del fin justificando los medios. La característica esencial del lenguaje de la banda Bush, similar al lenguaje nazi, es la simplificación, el reduccionismo y la intimidación. El lenguaje de este grupo depredador es un lenguaje esquemático, emocional, cargado de prejuicios que incita a la exaltación de los sentimientos más nobles del pueblo. No tengo dudas que Bush se nutre del lenguaje nazi.

Bush no cree, como Hitler, en el Estado de Derecho que no es el Estado que posee leyes sino el Estado que se somete, él mismo, al imperio de la ley y no puede transgredirla por ninguna causa, y menos aún por la razón de Estado. En nombre de la razón de Estado o de la Patria o de la seguridad nacional se han cometido crímenes abominables.

¿Qué diferencia entre el edificio intelectual de Bush y el de Hitler, existen en el escenario de la razón de Estado? No creo que muchas. Salvo diferencias de estilos, épocas y magnitud de fuerza y poder.

El discurso de la banda Bush es el discurso del amo y del esclavo. No hay diferencias con el discurso de la pandilla hitleriana.

Uno es más amable que el otro. Aunque la historia está probando que el menos amable fue menos mortífero.

Civilización, barbarie, pacificación de los bárbaros, pueblo elegido y de ahí a la raza elegida un solo paso. En fin ¿no nos hace acordar todo esto al sicópata del bigotito?

Y hablando del bigotito, es aleccionador el relato que un influyente asesor de seguridad que vive en Washington le contó a la revista argentina «Noticias»: «Para bien o para mal, George Bush Jr. es el hombre indicado para esta guerra. Nació para esto. La potencia que le viene de adentro lo hace temblar. Cuando uno está hablando con él en su despacho parece que se va a comer al que tiene enfrente. Se sienta en el borde del sillón, casi sin apoyarse y mueve los brazos como si no supiera qué hacer con ellos. Necesita acción».

Vaya imitación de la gestualidad del dictador nazi. Aunque nunca es lo mismo la flema de un vaquero texano pistola al cinto que la de un teutón cuasi epiléptico que se atraganta con su furia y escupe al hablar y gesticular. El cuerpo de Bush no escupe al hablar. Su alma, sí escupe, odio y violencia y genera terror. Mas no le importa. Debe haberse aprendido el «oderint dum metuant» del emperador Calígula («Dejen que nos odien, basta con que nos tengan miedo»).

La incontinencia emocional de Bush ya es un clásico y como el Adolfo, no admite un NO. Su esposa Laura Bush recordó a la prensa que la primera vez que le dijo a su esposo que no le gustaba uno de sus discursos, éste, muy enojado, chocó su auto contra el muro de entrada del garage de su casa.

Se siente como el numen nazi, un enviado de Dios, a quien convoca en cuanta oportunidad se presenta. Decretó que todas las reuniones de su Gabinete se inicien con una oración religiosa. Y dice haber consultado a Dios para atacar a Irak despreciando la posición de la mayoría de las naciones del planeta y del 90% de los seres humanos. Trata de imitar al presidente William McKinley invadiendo Filipinas para evangelizar a los nativos y culpando a Dios que le dio la orden de entrar a patadas en ese país.

Otra coincidencia en estas vidas paralelas, que hubiera hecho la delicia de Plutarco, es que Bush y Hitler se hubieran salvado de ingresar a la galería de los grandes bufones de la historia, de haber tenido un sicoanalista a mano. A ambos un buen sicoanalista les habría ayudado a canalizar su libido hacia menesteres más normales, sublimando el único afrodisíaco que tanto Hitler como Bush conocen, que es el poder omnímodo y cruel sobre los demás.

Sigamos viendo las similitudes entre el guerrero de la raza aria y el guerrero de Dios como bien calificara Telma Luzzani, al exaltado texano.

Bush proclama urbi et orbe la guerra preventiva. Dwight Eisenhower en 1953 no dudó al respecto: «La guerra preventiva es un invento de Adolfo Hitler, francamente yo no me tomaría en serio a nadie que me viniera a proponer una cosa semejante».

Pero ¿guerra preventiva contra quién? Bien es sabido que la primera víctima de una guerra es la verdad. Y Bush lo primero que hace para fabricar su guerra preventiva, tras el incendio del Reichstag, es mentir a lo Goebels a un grado tan primitivo que nadie terminó creyéndole algo. Primero dijo que Irak apoyaba a Al Qaeda. Cuando se comprobó el odio irreconciliable entre Saddam Hussein y el ex empleado de EEUU, Osama Bin Laden, Bush apeló a incluir a Irak en la corriente fundamentalista musulmana. Difícil de creer en el país más laico del mundo árabe. Apelaron entonces a la existencia de armas de destrucción masiva. Afirmaron que Irak no iba a permitir las inspecciones y cuando las permitió, aseveraron que no iba a dejar entrar a la ONU en los Palacios y otros lugares preservados. Cuando también se reveló que tal negativa era falsa, dijeron que las armas estaban bien ocultas. Finalmente no encontraron ni una sola. Cuando todos los argumentos fueron sepultados pidieron la renuncia o el exilio de Saddam Hussein y admitieron la única verdad real: queremos ocupar el territorio iraquí pese a quien pese y decidir quién lo va a gobernar. Democracia planetaria que le dicen. La misma operación de desinformación que Hitler lanzó contra Checoeslovaquia, Austria y Polonia. Las mismas excusas que iban cambiando a medida que se derrumbaban.

Otra similitud es el desprecio por la comunidad internacional y por la opinión pública mundial. Hitler destruyó la Sociedad de Naciones creada en 1919. Bush hizo trizas las Naciones Unidas, concitando en su contra la mayor oposición a un país desde la fundación de la ONU: 170 países no apoyan la guerra contra sólo 30, la mayoría de éstos sin peso alguno y procedentes de la desarticulada Unión Soviética, que se venden al mejor postor. A Bush, como a Hitler, no lo paró ni la mayor derrota diplomática de los EEUU desde que se fundó la ONU. A Hitler jamás le importó el odio y el rechazo de los pueblos del mundo entero. Bush intenta superar al teutón. Las manifestaciones en su contra sin precedentes en el planeta, son música guerrera para sus oídos wagnerianos. Lo enfrenta el espíritu de Seattle que fundó en 1999 el movimiento antiglobalizador y pacifista más imponente de la historia universal. Nada lo detiene.

Indignaba ver el destrato de que hacía objeto al jefe de inspectores de la ONU, Hans Blix, con sus 75 años a cuestas, nacido en la maravillosa y helada Uppsala de la Suecia socialdemócrata, un digno seguidor de las tradiciones democráticas del mártir, Olof Palme.

El desprecio hacia la gente y sus derechos es el motor de su humanismo. Escuchemos al mariscal Goering en el juicio de Nuremberg: «Naturalmente la gente común no quiere la guerra, pero después de todo, son los dirigentes de un país los que determinan la política y siempre es un asunto sencillo el arrastrar al pueblo. Ya sea que tenga voz o no, al pueblo siempre se le puede llevar a que haga lo que quieren sus gobernantes. Es fácil. Todo lo que uno debe hacer es decirles que están siendo atacados y denunciar a los pacifistas por su falta de patriotismo y porque exponen el país al peligro». Fue el nazi Goering el que lo dijo en 1945, no fue George Bush. La diferencia entre Goering y Bush es que el nazi lo dijo en alemán y Bush lo dijo en inglés. La invasión de una nación soberana que no lo agredió necesitaba una legitimación ética aunque ilícita: derrocar al tirano Hussein e imponer a sangre y fuego un gobierno democrático y popular. Suena lindo, aunque la comunidad internacional y sus normas sea el precio que haya que pagar. Pero no es cierto. Nadie duda que Saddam Hussein es un dictador siniestro que ha asesinado a su pueblo y que su partido socialista Baath, de socialista no tiene nada. Pero quién puede creerle a Bush que va a instaurar la democracia iraquí cuando sus predecesores menos nazis que él, invadieron y ocuparon durante años y años naciones soberanas e instalaron dictaduras feroces que defendieron contra sus propios pueblos como Somoza en Nicaragua, Duvalier en Haití, Trujillo en República Dominicana. Tanto como los regímenes títeres y despóticos que impusieron los nazis en los países que ocuparon, incluida la Francia antigaullista del mariscal Petain.

Así como Hitler invadió Europa en busca de su Lebensraum, de su expansión territorial y de las urgentes materias primas que necesitaba para el desarrollo alemán y la construcción del nuevo imperio germano que vengara la afrenta del Tratado de Versalles, Bush va en busca también de su propio Lebensraum. Un Lebensraum que en el mundo globalizado de hoy no se mide más por kilómetros de territorios físicamente ocupados sino por el dominio económico y político que se ejerce sobre ellos dirigido a distancia desde los centros financieros internacionales.

Los objetivos del nuevo Hitler son múltiples. En primer lugar apoderarse del tanque de gasolina del capitalismo mundial que no otra cosa es el Golfo Pérsico. Bush sabe que en 10 años el petróleo que produce su país, locomotora productiva del mundo, se agotará irremediablemente. En 40 años no existirá más petróleo en el planeta. Es una carrera contra reloj. Según Statistical Review disminuye en forma alarmante el descubrimiento de reservas energéticas. La última década creció sólo un 5% contra el 45% de la década anterior. El 65% de las reservas están ubicadas en Medio Oriente. EEUU consume 20 millones de barriles por día de los 77 millones que se producen a diario en el mundo, de los cuales sólo 10 millones es producido por los propios norteamericanos, que dependen de los demás para seguir siendo una potencia imperial. El objetivo del ataque a Irak, segunda reserva mundial de petróleo, es controlar esos depósitos, controlar su precio y controlar su producción. Qué armas ocultas ni qué otra cosa. Como dice Galeano, si Irak produjera rabanitos en lugar de petróleo, ¿a quién se le ocurriría invadir ese país?

Para Bush el petróleo está servido. Falta sólo tomarlo. No sabe aun que puede atragantarse.

La segunda jugada de Bush es disciplinar a su aliado, Arabia Saudita, primer productor mundial de petróleo y máxima reserva energética del mundo, cuyos precios no le sirven a EEUU. El tercer objetivo como reveló en febrero de este año el subsecretario de Estado, John Bolton, es invadir a Irán y a Siria, que forman junto con Corea del Norte el «eje del mal», y si la coyuntura es favorable, incluir a Libia en el santa santorum. El cuarto paso es destruir la OPEP y apoderarse de los combustibles fósiles del mundo. Si no expropia los fósiles y no encuentra a tiempo alternativas energéticas, el capitalismo norteamericano deberá modificar el modelo de consumo de su pueblo y con ello puede perder el punto de apoyo de su hegemonía mundial. El quinto objetivo son los suculentos negocios de la reconstrucción de Irak sobre el que se lanzaran muchas de las 500 transnacionales que dominan el mundo, la mayoría norteamericanas. No menos importante es el sexto objetivo, que se nutre en las enseñanzas de lord Keynes, utilizando la industria bélica para superar la honda recesión en que está hundida la economía norteamericana, con crecimiento cero. No olvidemos que una guerra se gana no cuando se impone la supremacía militar sobre el adversario sino cuando se obtienen los réditos económicos que son la razón última de su desencadenamiento.

No podemos dejar de mencionar un último objetivo y quizás el más importante de esta guerra: imponer la supremacía del dólar frente al euro que en los últimos tiempos le está dando una paliza al dólar en frentes inesperados, poniendo en peligro el privilegio del peso norteamericano en la comercialización del crudo. El dólar se depreció en los últimos meses con relación al euro, un 17%, cifras inimaginables desde la creación de la moneda única europea. Incide en esta depreciación la decisión iraquí de pasar 10 billones de dólares de sus reservas a la moneda común europea, provocando un sismo en el dólar. Esta es otra de las razones del ataque a Irak, intentando que un gobierno títere haga retornar los 10 billones de dólares iraquíes al área del dólar. También Rusia está operando el petróleo en euros y además Irán y varios países de la OPEP están analizando si también abandonan el dólar y se pasan al euro. Los economistas estiman que si esto ocurre se producirá una depreciación inusitada del dólar, desplomándose el valor de los activos norteamericanos, acercando al gigante con pies de barro a un colapso económico como en la década de los 30.

La invasión tiene su antecedente más raigal en la necesidad de un nuevo reparto del mundo al fracasar los acuerdos de la tríada (EEUU, Europa y Japón) en 1998 en la reunión de la OCDE en París y en 1999 en la reunión de la OMC en Washington. No hubo acuerdo en el reparto del mercado mundial asediado por la disminución del porcentaje del Producto Mundial Bruto que llegó hasta el 50% concentrado en las manos de la tríada y sus transnacionales al finalizar el siglo. El fracaso del neoliberalismo en seguir manteniendo la máxima tasa de explotación de las naciones dependientes, la fatiga y la decadencia de la hegemonía unipolar y la posibilidad no muy lejana de una crisis mundial que transforme a la arrogante dominación de hoy en una hegemonía en harapos, se encuentra en las raíces de este acto de piratería internacional.

Europa no aceptó los términos del reparto y embistió con su euro. EEUU replicó con la razón de las bestias y si logra el control de los lagos negros tendrá crudo barato y abundante mientras sus aliados lo recibirán caro y en cuentagotas haciendo sufrir a sus economías.

Ese es el plan guerrero. La misma razón de dominio económico que lanzó a Hitler en los brazos de Marte, al grito de «ocupar, administrar, explotar». De ahí a que Bush pueda cumplirlo hay un gran trecho. Sobre todo teniendo en cuenta que esta guerra por primera vez la afrontará económicamente solo. La anterior invasión a Irak, legitimada por la comunidad internacional, la pagaron todas las naciones. Esta invasión ilícita, crimen de lesa humanidad contra el mundo civilizado, la pagará sólo EEUU y un pequeño porcentaje, la Inglaterra del renegado Blair. Y es mucho dinero. Suficiente como para desestabilizar aún más al dueño de la maquinita de fabricar dólares, instalada en el Departamento del Tesoro de la nación más endeudada del planeta: los EEUU de Norteamérica.

Trazados los objetivos reales, Bush y su banda de halcones patentaron la estrategia militar nazi: la famosa «Blitzkrieg» con que los nazis asolaron Europa, en la modalidad de guerra relámpago con ataques combinados de divisiones enteras de tanques Panzers apoyados por oleadas de aviones y piezas de artillería. Los tiempos cambiaron y la blitzkrieg nazi se transformó en hiperblitzkrieg norteamericana, pero la modalidad inventada por los mariscales de Hitler es la misma que aplica Bush, aunque con una potencia de fuego mil veces superior.

Otra similitud es la desproporción de fuerzas. La invasión nazi a Checoeslovaquia o a Polonia donde la caballería polaca se enfrentaba a los tanques alemanes y era diezmada previamente por la aviación, no es nada comparado con el poder de fuego infernal de la más poderosa trituradora tecnológica de la historia. Es como si los polacos se defendieran con hondas frente a la Luftwage de Goering. En la primera invasión a Irak, los iraquíes tuvieron 120 mil bajas contra sólo 137 norteamericanos muertos y 7 desaparecidos. Salvo la Guardia Republicana de Saddam, el resto del ejército iraquí son famélicos campesinos sin entrenamiento, ni tecnología, ni armamento adecuado, el que se enfrentará a más de 300 mil soldados entrenados año tras año para matar sin dudar.

¿Qué puede hacer un país que tiene un presupuesto militar de 1.400 millones de dólares contra otro que destina 400.000 millones de dólares anuales en sus Fuerzas Armadas? Y por si fuera poco Bush acaba de pedir otros 75.000 millones de dólares para la propina de esta masacre. Promete a cambio que el botín de guerra compensará con creces la inversión.

Antes de comenzar la matanza el ejército iraquí fue desangrado como se hace con los toros de lidia por los piqueteros apenas entran en la arena, para que el matador corra menos riesgos. Una década de sanciones económicas, de embargos, carente de repuestos, sin aviones, con escasos tanques, con pocas baterías antiaéreas y sólo equipado con los viejos fusiles de asalto AK 47, ha puesto de rodillas al toro iraquí. El torero sólo tiene que hundir su espada hasta el fondo y esperar la agonía.

Las últimas noticias del frente, sin embargo, revelan que desangrado y todo, el toro está dispuesto a vender cara su vida.El vagabundo vienés devenido en profeta de la raza aria, Adolfo Hitler, embistió sin respetar los grandes tesoros de la humanidad, destruyendo ciudades prodigiosas, culturas irrecuperables y fantásticos monumentos creados por el hombre a lo largo de los siglos.
Imitando al protegido de su familia, George Bush entra a sangre y fuego en la cuna de la humanidad, en el Mesos Potamos que así se llamaba Irak hace 8 mil años, «tierra entre ríos», donde se fundó el primer estado, la primera civilización agraria y se inventó la escritura cuneiforme. En la tierra de la legendaria biblioteca de Nínive, la de la Torre de Babel, la de los jardines colgantes de Babilonia, entre el Eufrates y el Tigris, Bush se lanza inmisericorde en la primera guerra preventiva del siglo XXI.

Deberá responder también por los tesoros culturales que arrase. Su homo demens tendrá que rendir cuentas al homo sapiens. Como Hitler la tuvo que rendir ante la historia y sus secuaces ante Nuremberg.

El señor embajador de los EEUU en Uruguay, dice en su comunicado contra el diario LA REPUBLICA, que está consternado por la comparación de su presidente con Hitler, explicando que lo que está haciendo Bush en Irak es lo mismo que hizo EEUU al liberar a Europa del nazismo. Creo que es un insulto a la inteligencia comparar al brillante creador del New Deal, Franklin Delano Roosevelt, con este energúmeno del poder que en nombre de las ideas mata las ideas, pero con los hombres adentro.

Roosevelt ingresó a la guerra con la legitimidad que le daban todos los pueblos que se enfrentaron a la barbarie nazi, el primero de ellos el pueblo soviético que ofrendó en el altar del Moloch germano, 30 millones de sus mejores hombres, mujeres y niños, que dieron su vida para cambiar el curso de la guerra, hasta ese momento victoriosa para el Tercer Reich.

Bush hace lo mismo que Hitler no lo mismo que Roosevelt. Bush viola todas las leyes internacionales, se enfrenta a las Naciones Unidas e invade al igual que Hitler a una nación cuasidesarmada que no lo agredió en momento alguno.

Conviene precisar además ante la afirmación de que EEUU liberó Europa y más allá de la heroica entrega de vidas de los soldados norteamericanos en guerra con el Führer alemán, que el ingreso a la conflagración fue muy tardío, casi al final del conflicto cuando ya Alemania estaba desgastada por la resistencia soviética que enfrentó sola al 95% del potencial bélico nazi concentrado en el frente oriental. EEUU fue el único beneficiado con la segunda guerra mundial. Durante y después del conflicto. Durante, como bien explica Heinz Dieterich en LA REPUBLICA, porque desarrolló lejos de los campos de batalla su industria y agricultura aumentando los salarios reales de 1941 a 1945 en un 27% generando 17 millones de nuevos puestos de trabajo y ofreciendo en 1944 más productos y servicios a su población que antes de la guerra.

Y después de la guerra cobró diez por uno su participación, y en Yalta se erigió como la potencia más fuerte del planeta, desplazando a Inglaterra, aunque temiendo a la Unión Soviética, su nuevo contrapeso histórico.

Y así como decimos que es un insulto comparar a Bush con Roosevelt conviene precisar que tampoco confundimos a los padres fundadores de la democracia norteamericana, esos héroes de la libertad, a George Washington, a Abraham Lincoln, a Thomas Jefferson, con este pedagogo del crimen, patán de la muerte, que al hablar por televisión no puede ocultar el gesto taimado de los cobardes. Charles De Gaulle, ese valiente rebelde de la Francia antinazi, le preguntaba al gran filósofo Jean Guitton. ¿Qué es la cobardía maestro? Y ese nido de sabiduría le contestaba: «La cobardía, general, es buscar la aprobación y no la verdad; las condecoraciones y no el honor, el ascenso y no el servicio; el poder y no la salud de la humanidad». ÁQué bien se le aplica esta respuesta a nuestro nuevo Hitler que dice defender los derechos humanos de los iraquíes mientras se especializa en convertirlos en desechos humanos!

Qué nos puede extrañar esta conducta en un gobernante que se resiste a salvar al planeta de la devastación negándose a firmar los protocolos de Kyoto aprobados unánimemente por la comunidad internacional. Un gobernante que rechazó el control de armas bactereológicas porque estimó que el acuerdo para evitar la proliferación de estos arsenales era perjudicial para su país. Un gobernante que exige a las naciones independientes que firmen un documento en el cual renuncian a su derecho a juzgar a ciudadanos norteamericanos por delitos cometidos en el extranjero. Un gobernante que se niega a firmar y a participar en la Corte Penal Internacional creada recientemente por la comunidad mundial para juzgar los crímenes de lesa humanidad. En este rechazo a una institución aprobada por más de 190 países y sólo 7 en contra coincidió su voto con el del invadido Irak quien tampoco quiere que exista en el mundo una Corte Penal integrada por 18 juristas independientes para impedir legalmente que se sigan cometiendo los crímenes de guerra que tanto los gobiernos de EEUU y de Irak han cometido.

Qué se puede esperar de un gobernante que en su propio país, cuna de tradiciones democráticas, ha suspendido los derechos civiles, ha instaurado la censura, las listas negras, la eliminación del habeas corpus, derecho por el que dieron la vida tantas generaciones, imponiendo los juicios clandestinos, las cárceles secretas y el delito de opinión, aproximando a su sociedad a la noche negra del macartismo más anacrónico.

Pese a todo logra hoy una importante mayoría silenciosa en su propio país a favor del horror de la guerra, en medio de un gigantesco apagón intelectual en la sociedad norteamericana, empujada por la desinformación, la deformación de la realidad como sistema, el legítimo dolor del ataque criminal contra las Torres Gemelas que segó la vida de 4 mil seres humanos, y por un nacionalismo atizado por el tartufo de la Casa Blanca. El nacionalismo y el falso patriotismo es otro de los eslabones que unen a Bush y a Hitler. Ese tipo de nacionalismo es el último refugio de los canallas y se apoya en la cultura de los incultos.

Albert Einstein lo describía bien: «El nacionalismo es una enfermedad infantil, el sarampión de la humanidad».

Pero ya comienza a crecer, desde el pie, desde la raíz, un movimiento popular, en las mejores tradiciones civilistas del pueblo norteamericano, para expresarse en las grandes ciudades, para parar con la energía moral que da la razón, a este asesino serial que está construyendo la mayor iniquidad bélica de las últimas décadas.

Y el pueblo norteamericano, aunque lentamente, comienza a comprender que «la libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre».

¿Quién se anima a parar a este sicópata? Es la pregunta que circula por todo el planeta.

Las Naciones Unidas no pudieron. La OTAN tampoco. Sus aliados europeos fueron desairados y humillados.

Pero, desde el fondo mismo de la historia comienza a incubarse el antídoto. Todos los imperios y sus profetas se han ido deslizando de victoria en victoria hacia su derrumbe final. Y este imperio y su emperador, al que poco le importa ganarse la mente y los corazones de los pueblos del mundo, que es sordo o finge demencia ante la inmensa rebelión del sentido común, ante ese gran aullido de las sociedades surgido del vientre exasperado de las multitudes que se han lanzado a las calles en todo el mundo clamando por la paz y el cese de la matanza, no tendrá finalmente más remedio que entender que en esta cruzada, al vencedor sólo le pertenecerán los despojos.

Los hombres como Bush creen que los crímenes se entierran. Está equivocado. Los sobreviven.

La gente está harta de violencia. Harta de las vendettas miserables de unos contra otros. Y quiere poner fin al tiempo de los asesinos. Y si la llevan a callejones sin salida, reaccionará.

El discurso siniestro del amo y del esclavo termina casi siempre con la ferocidad del esclavo que ya nada tiene que perder. Espartaco dixit.

La protesta no cede en todos los rincones del planeta. No ha habido un imperio tan huérfano de apoyo como el que encarna hoy este morfinómano del poder.

Y este inmenso movimiento mundial contra Bush sólo comparable al movimiento mundial contra Hitler, tiene a su favor el clásico estrabismo de los mesiánicos, que les impide ver la realidad. El estrabismo es una disposición viciosa de los ojos por el cual los dos ejes visuales no se dirigen a la vez al mismo sujeto. Ven la realidad deformada.

El murmullo de millones puede transformarse en el brazo que pare esta locura.

No hay que tenerle miedo a estos gigantes que ignoran las leyes de la historia. Aplican la astucia más que la inteligencia. Ello los remite al mundo dinosáurico. Esos gigantescos animales que desarrollaron cuerpos enormes y una cabeza diminuta. Cuando vino la hecatombe sus pequeñas cabezas no pudieron inventar la mutación. Sí lo hicieron los mosquitos.

Hay un refrán alemán que refiriéndose a Hitler decía que «cuando veas a un gigante, examina antes la posición del sol, no vaya a ser la sombra de un enano». No sabemos aún cuánto de gigante y cuánto de enano tiene nuestro nuevo Hitler.

Recuerden a Gandhi, ese incendio moral que alertó a las conciencias. Sólo con su voz y su conducta por la no violencia puso de rodillas al mayor imperio de su época.

Gandhi decía que lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena. Ese silencio hoy no existe.

Todos los pueblos, de los países ricos y de los países pobres, gobernados por la derecha o por la izquierda, todos, todos, con excepción del que habita en el país agresor, que comienza ya a desperezarse, han tomado conciencia de que por primera vez en el siglo XXI la guerra como una cruzada irracional puede cambiar la humanidad. Sabe que una guerra injusta es una catástrofe que paraliza el encuentro del hombre con la humanidad. Y une sus manos planetarias para decirle al sicario de la Casa Blanca, que hay una vida y una raza menos sórdida que la suya. Y que vale la pena ponernos de pie para defenderla. Esa es mi respuesta, señor embajador.

No quiero a un genocida en nuestra moneda nacional

lunes, 5 - febrero - 2007
Es un echo que un prócer o héroe nacional es un ejemplo a seguir por las generaciones posteriores así como es un echo que el General Roca fue un esclavista y delincuente genocida de los pueblos originarios del cono Sur. Teniendo en cuenta esta verdad irrefutable ¿acaso será eso es lo que queremos para nuestros hijos?, ¿qué sean criminales?

Debemos quitarlo de nuestra moneda nacional y de donde fuera necesario pero no por un capricho, sino por nuestro futuro y el de nuestra Nación.
Sin ahondar demasiado, alcanza con una frase de Orwell para entender como por medio de la manipulación de la historia nos condenan a una existencia vulgar y decadente sin posibilidad alguna a crecer como personas de bien en una sociedad orientada al bien común:

“Quien domina el pasado, domina el futuro y quien domina el presente domina el pasado.”

No nos dejemos manipular, exijamos que sea quitado de nuestra moneda nacional por medio de una protesta pacífica, escribiendo en cada billete de 100 pesos su verdadero rótulo, el de GENOCIDA.

¿Porque odian los fachos Argentos al Che?

viernes, 19 - enero - 2007
La otra vez discutía con unos amigos a que se debía tanto odio por parte de los fachos locales hacia la figura del Che.
Algunos decían que era por sus ideas de izquierda, otros la violencia, etc., pero despues de constatar que llamaban marxista/colectivista hasta a Kichner o Clinton y que les encanta utilizar la violencia contra quienes piensan distinto, esas teorías se fueron rapidamente a pique y entre muchas otras cosas dejaron al descubierto que las capacidades cognocitivas de estos pigmeos mentales no eran suficientes para comprender que es marxismo ni mucho menos.

Luego de elaboraba mil y una hipótesis nos pusimos a buscar quienes eran sus heroes actuales, y para no llegar tan lejos con genocidas como Roca o Sarmiento nos propusimos que sean contemporaneos o no tan distantes al memos. La sorpresa fue cuando descubirmos que muchos ponderaban a un tal Capitan Alfredo Astiz, asi que la mision paso a ser: descubrir quien era este Astiz.

Recorrimos páginas webs que destilaban su odio sorteándolo como pudimos para que la busqueda no sea tan amarga y logramos encontrar algo.
Según ellos Astiz se había infiltrado en peligrosas organizaciones terroristas desarticulándolas arriesgando su vida para salvarnos del yugo colectivista, había luchado contra subversivos y hasta habia participado de la guerra de Malvinas al mando de un grupo de elite , Los Lagartos, pero no decia mas nada al respecto, pensamos talvez porque habían realizado operaciones relamente muy secretas, en fin.
La discusion seguía, y claro, algunos ya decían «con semejante heroe y patriota como no van a odiar a un tipo pro…¿obrero?, ¿indigenista?, ¿Americano?…, bueno, esa es otra historia.
Despues de leer un poco mas, pero ya no en lugares tan parciales descubrimos algo, en realidad mucho, que nos reveló una verdad que desconociamos:
– las peligrosas organizaciones en las que se había infiltrado este gran patriota no eran mas que grupos de familiares de desaparecidos/detenidos/torturados que pedían justicia y aparición de los suyos, un grupo de monjas Francesas que hacían caridad y varios del mismo tipo que corrieron la misma suerte que sus familiares.
– Contra los subversivos que habia luchado tan valientemente era en realidad el participar de sesiones de tortura en la escuela de mecánica de la armada picanenado actores, estudiantes, violando mujeres, etc.
– Entonces nos queda solo su participación en Malvinas, pensamos que debió haber sido realmente muy importante lo que hizo alli, pero no, tenia que defender Georgias y se rindió sin disparar un solo tiro, con sus Lagartos parace que lo único que hicieron es tirarse a tomar sol hasta que vengan los piratas, y segun cuentan en las mismas FFAA, los Gurcas, mercenarios contratados por los Ingleses, lo hagan sentirse una «mujer», cinco veces…
Despues de toda esta revelación entendimos el real porque del odio de nuestros queridos fachos vernáculos hacia el valiente Che, con un heroe como Alfredito yo también odiaria heroes ajenos pues me harían recordar mi propia y vulgar existencia.

Ultimo discurso de Allende

viernes, 19 - enero - 2007

Si hubiesemos tenido un presidente con la mitad de la bolas y la moral de Allende, Argentina hoy seria una potencia mundial, pero bueh, los pueblos tienen los gobernantes que se merecen…

MARIANO MORENO

martes, 16 - enero - 2007
Pocas personalidades de la historia argentina produjeron hechos prácticos y concepciones ideológicas de fuertes contenidos en un tiempo meteórico, como ha sido el segmento de la vida de Mariano Moreno, que se inicia el 25 de mayo de 1810 y culmina con su curiosa muerte en alta mar diez meses más tarde (4 de marzo de 1811). Por Federico Corbière
A dos siglos de la cruzada libertadora, los mismos viejos debates siguen actuando como telón de fondo para la aparentemente no terminada organización nacional. A continuación un perfil de Mariano Moreno, denominado de manera justa ‘numen’ de la Revolución de Mayo.

Era un abogado inquieto por las nuevas ideas, pero que vivía apegado a una vida tradicional burguesa. Nadie podría haber imaginado que ese abogado silencioso, para nada grandilocuente al adherirse a la gesta de Mayo y comprometerse como secretario de la Junta de gobierno, iba a desatar todas las pasiones políticas transformado al aceptar su compromiso, en un revolucionario jacobino, caracterizado por un fuerte implante cultural e ideológico.

Esto no fue espontáneo, había estudiado junto a otros próceres en la Universidad Real y Pontificial de Chuqusaca (Bolivia), uno de los pocos centros culturales de la época dirigido por jesuitas y profesores laicos, donde se tuvo acceso a los libros prohibidos de la Enciclopedia de Denis Diderot y otros, a las obras de Juan Jacobo Rosseau y Francisco Voltaire, además de los manifiestos, panfletos y declaraciones de derechos de la Revolución francesa de 1789. Los escritos del Abate Sieyés y la obra rebelde de los jesuitas Mariana y Suárez, que habían teorizado, sobre la ‘resistencia a la opresión’ y el ‘tiranicidio’ (entendido como la muerte del tirano para evitar males mayores), paralelamente a John Locke.

Será en Chuquisaca donde Moreno conocerá a otro hombre procedente de la alta burguesía colonial, Julián Álvarez, el ‘prócer desconocido’ de la Revolución de Mayo, que sería luego su mano derecha en la fundación y desarrollo del periódico ‘La Gaceta de Buenos Ayres’.

Proyecciones políticas y económicas

Según investigaciones de Dardo Corvalán Villardo y Milciades Peña, el escrito sobre ‘La representación de los Hacendados’ (1810), de orientación librecambista fue realizado en el estudio de Mariano Moreno, pero no es de su autoría sino de otros abogados que pertenecían a su estudio.

La teoría sobre el libre comercio que defendían algunos revolucionarios porteños como Manuel Belgrano, estaba enderezada a combatir el anacrónico monopolio español que ahogaba a los pequeños comerciantes e incipiente burguesía porteña. Sin embargo, las ideas políticas y económicas de Mariano Moreno fueron expuestas a través de sus escritos de la Gaceta, los decretos de la Primera Junta y en el ‘Plan de operaciones’, en donde defendía al proteccionismo económico, la expropiación compulsiva de los intereses españoles y realistas, y el desarrollo de un proceso incipientemente industrial.

La formación cultural de Mariano Moreno, como la de Julián Álvarez, Juan José Castelli y Juan José Paso, entre otros, tenía un fuerte sesgo iluminista e ilustrado, es decir afrancesado. En el caso de Moreno, de todas maneras, no era anticatólico ya que cuando tradujo ‘Del Contrato Social o principios del Derecho Político’ escrito por Juan Jacobo Rosseau, prefirió no incorporar el capítulo contra la religión, por considerarlo equivocado.

Pero hay otra explicación, Moreno combinó la acción y la práctica con la ideología y actuó sobre la marcha de los acontecimientos. No quiso enfrentarse con la Iglesia Católica, ya profundamente dividida debido a que la jerarquía española y criolla apoyaba a los realistas y al Imperio español, siguiendo instrucciones del Vaticano. Mientras no pocos curas de campaña defendían la revolución como el Deán Funes, Santa María de Oro y Fray Luis Beltrán, llamado el ‘artillero de la Revolución’.

El decreto sobre ‘Supresión de honores’ que lo enfrentó con Cornelio Saavedra, sus escritos sobre libertad de prensa y de conciencia, sobre la libertad de culto, sus directivas apoyadas por todos los miembros de la Junta ordenando el fusilamiento de realistas liderados por el Virrey Liniers, ajusticiados en Córdoba, y sus ideas proteccionistas conmovieron incluso a sectores de la propia revolución, entre ellos al presidente de la Junta, sobre quien existe una mitología de personalidad militar pero que en realidad cubría su afán de comerciante porteño que veía en Moreno complicaciones para sus intereses patrimoniales.

En 10 meses Moreno transformó ideas, concepciones y produjo polarización política. No lo hizo sólo, tuvo el respaldo de la Sociedad Patriótica, que era un centro conspirativo, el Club de Marco (café ubicado frente al actual Colegio Nacional Buenos Aires) y fundamentalmente la Logia Independencia, entidad masónica revolucionaria, presidida casualmente por su amigo y venerable maestre Julián Alvarez, quién recibiría en 1812 a los conjurados de la fragata Canning, procedentes de Londres, a donde habían escapado de las garras de la inquisición española continental.

Vale recordar que a la sombra de la Logia Independencia y la Sociedad Patriótica se crearon grupos de choque civico-militares paralelos a los Patricios de Cornelio Saavedra. Estos activistas fueron alentados por French y Beruti, que cumplieron diversas tareas revolucionarias, desde fusilar contrarrevolucionarios, actos de acción directa y como el repartir propaganda el 24 y 25 de mayo en la plaza frente al Cabildo.

Su labor periodística

Moreno como todos los ilustrados tuvo clara visión prospectiva sobre la importancia de la prensa en la difusión de las ideas. Eran tiempos en los que no existía la profesión periodística como actividad rentada, sino que los textos estaban dirigidos generalmente a la difusión de ideas. Por tales motivos muchos de sus redactores eran considerados ‘publicistas’. Recién con la Revolución francesa se popularizaron las gacetillas que ya habían hecho su aparición en 1776 durante la independencia norteamericana.

El sector más radicalizado de la colonia tenía conocimiento sobre la importancia de las publicaciones de gacetillas y lo que hoy se conoce como diarios.

Moreno, inmediatamente con Álvarez y otra personalidad intelectual, Bernardino de Monteagudo comenzó con la difusión de las nuevas doctrinas con la ‘Gaceta de Buenos Ayres’, que lo sobrevivió varios años.

Criollismo y Universalidad en Mariano Moreno

Moreno supo conjugar lo nacional latinoamericano con las ideas universales del Iluminismo y la Enciclopedia. El historiador judeo polaco Boleslao Lewin desarrolló en profundidad estas cuestiones en sus trabajos sobre Moreno y Rosseau. De hecho las ideas morenistas en la economía, sobre el proteccionismo y la industrialización fueron llevadas a cabo por José de San Martín en Cuyo, probablemente transmitidas por Julián Álvarez cuando colaboró junto a él. En esa zona San Martín expropió a las familias ricas en animales y bienes para la causa del Ejército libertador y estableció una única aduana, entre otras resoluciones.

El mismo plan económico del ‘Plan de Operaciones’ de Moreno y la estatización cuyana de San Martín, años más tarde tendrán realización concreta en el Paraguay de los López, destruido a sangre y fuego en 1861, cumpliendo instrucciones del Imperio británico, por los ejércitos del Brasil esclavista y de la Argentina mitrista.

No obstante, las banderas morenistas fueron levantadas por federales doctrinarios, como Felipe Varela, Manuel Dorrego, Domingo French y su hermano Manuel Moreno, en contra de la ambición centralista propia de los comerciantes porteños del Partido rivadaviano.

Resurgirán esas ideas por la unión latinoamericana con el yrigoyenismo, los socialistas, y hasta en el peronismo reivindicaran a Moreno, en contra del nacionalismo católico. El entonces diputado Albrieu, dirá en el Parlamento de la primera época peronista buscando las raíces del justicialismo en la trilogía: Moreno – San Martín – Perón.

Por supuesto, la singular historia circular argentina se reserva el derecho de repetir sus errores y elegir los caminos de intereses mezquinos, dejando a la deriva las observaciones y propuestas de figuras como la de Mariano Moreno, que murió en un barco a Londres, en circunstancias poco claras.

Fuente: Argenpress